Un cambio que no lo es

La primera visita de Victoria Nuland a Moscú tras su nombramiento como subsecretaria de Estado de la administración Biden no ha dejado, por el momento, grandes titulares y podría considerarse una primera toma de contacto entre dos partes que se conocen a la perfección, pero que se habían perdido de vista.

En un tono aparentemente cordial y sin declaraciones altisonantes ante los medios o en público como ocurriera con la última visita del enviado de la Unión Europea Josep Borrell, Nuland ha respondido al gesto de buena voluntad de Rusia retirando su nombre de la lista de sanciones con una actitud cordial, facilitada por las escasas expectativas del viaje y lo amplio de la agenda, centrada en temas más pragmáticos que políticos. Sin embargo, en su reunión con Dmitry Kozak, encargado de la política ucraniana en el Kremlin, ha destacado una idea, que ha provocado cierto optimismo entre una parte de los expertos rusos, siempre dispuestos a ver el vaso medio lleno.

Así lo recogía ayer Antifashist:

El jefe adjunto de la Administración Presidencial de Rusia, Dmitry Kozak, se ha referido a los resultados de su reunión con la subsecretaria de Estado de Estados Unidos Victoria Nuland en Moscú, que se ha centrado en la situación en el este de Ucrania. Kozak afirmó que las partes se mostraron de acuerdo sobre la idea de que los acuerdos de Minsk son la única opción de resolución del conflicto en Donbass. Además, Nuland también aceptó que no hay progreso posible sin asignar un estatus especial a Donbass. Moscú y Washington continuarán con las consultas en este sentido.

“Durante las conversaciones, se confirmó la postura mantenida por Estados Unidos en Ginebra: sin aceptar los futuros parámetros de autonomía o, en otras palabas, el estatus especial para Donbass como parte de Ucrania, es improbable que vaya a haber un progreso significativo para resolver el conflicto”, afirmó Kozak según cita RBK.

Respondiendo a una pregunta de la prensa sobre los resultados de la reunión, Nuland apuntó que había sido “muy productiva”. Después, se dirigió al parque Zariadnie, donde disfrutó de las vistas de la capital rusa.

Hay que recordar que Kiev se niega categóricamente a cualquier negociación “sobre Ucrania, sin Ucrania” y también a conceder a Donbass estatus especial. Obviamente, los deseos de Kiev importan poco a sus “socios” americanos.

La subsecretaria de Estado Victoria Nuland llegó a Rusia el 11 de octubre para una visita de tres días. El 12 de octubre, se reunión con el viceministro de Asuntos Exteriores, Sergey Ryabkov, tras lo cual afirmó que la conversación había sido “muy franca” y útil, aunque las posturas de las partes están alejadas.

-Antifashist

A pesar de que algunos expertos están viendo un cambio en la postura de Estados Unidos en relación con el estatus especial para Donbass que prevén los acuerdos de Minsk, no puede decirse que esa afirmación suponga un cambio de dirección en la política estadounidense hacia Donbass o hacia los acuerdos. La idea de que no hay alternativa a Minsk se ha convertido ya en un meme repetido por todas las partes interesadas en la cuestión: la RPD y la RPL, a pesar de que eso supondría su vuelta a Ucrania con escasas garantías; Ucrania, que siempre se ha negado a cumplir con los puntos más importantes; Rusia, que difícilmente podría justificar ante una parte importante de su población lo que se podría ver como una entrega de Donbass a Ucrania; Francia y Alemania, que en Moscú defienden la postura rusa y en Kiev la ucraniana o Estados Unidos, que con sus actos habitualmente contradice sus declaraciones.

Algo similar puede decirse del estatus especial que los acuerdos de Minsk prevén para Donbass. No es la primera vez, y posiblemente no será la última, que la propia Victoria Nuland se manifiesta a favor de cumplir ese aspecto. Es más, ya en 2015, en una visita a Kiev, fue una de las principales promotoras de que el Parlamento ucraniano aprobara una ley de estatus especial que nunca ha entrado en vigor y que incumple la letra y el espíritu de lo exigido por los acuerdos de Minsk. Frente al rechazo que existía en el Parlamento y en parte de la sociedad, Nuland defendió ese estatus especial como una de las bases para avanzar hacia la paz.

El enfrentamiento en las posturas de Rusia y Estados Unidos en este punto no está en conceder un estatus especial para Donbass sino en su contenido político. La ambigüedad con la que está descrito en los acuerdos hace esperar a Moscú que se traduzca en una negociación con Donetsk y Lugansk de la que salga un acuerdo de una autonomía política para la RPD y la RPL que Kiev, con apoyo de sus socios internacionales, siempre se ha negado a conceder. Las palabras de Nuland no muestran más que una repetición de cortesía de una idea antigua que en estos seis años no ha avanzado en absoluto. Solo podría hablarse de cambio o de impulso real al proceso de Minsk en el momento en el que Nuland u otro representante de la administración Biden se manifestara a favor de la aprobación de una ley de estatus especial para Donbass, garantizada en la Constitución de Ucrania, que naciera del acuerdo entre Kiev, Donetsk y Lugansk y que cumpliera la letra y el espíritu de los acuerdos firmados en 2015. Nada indica, por el momento, que se haya producido ese cambio.