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Donbass, LPR, Ucrania

Nuevo círculo del infierno

Artículo Original: Andrey Manchuk

Los incendios forestales asolan el valle del río Seversky Donets y se extienden rápidamente por Donbass. El desastre natural empeora a causa de los vientos huracanados, que elevan grandes masas de arena al aire. Las llamas contrastan con el cielo púrpura creando una imagen infernal, como los habitantes de la región rota por la guerra hubieran caído en un nuevo círculo del infierno.

“Los módulos del Servicio de Fronteras y de Cruz Roja han ardido. Todo ello ocurre en la línea de separación. Arden viviendas en la zona del puesto de paso de Stanitsa Luganskaya. La entrada a esa localidad está bloqueada y hay personas ardiendo en el pueblo”, afirmó el médico Ilya Bogomolov, presidente de la organización caritativa Medical Aid, desde la línea de demarcación. Las operaciones del puesto de control se han detenido  se está procediendo a la evacuación masiva de la población, que está siendo realojada en gimnasios y escuelas de localidades vecinas. La situación empeora cada hora.

Los bomberos han detectado más de 140 focos de incendio en Donbass y en algunas zonas arden zonas de hasta 50 hectáreas. El viento contribuye a la rápida expansión del fuego, que cubre bosques de pinos y se extiende por la hierba a otros bosques y zonas cultivadas. Se conoce ya que el fuego ha destruido varias aldeas, se ha cobrado la vida de al menos diez personas y se ha acercado peligrosamente a los barrios residenciales de Severodonetsk, donde no hay electricidad desde hace un día. Además, arden también los bosques de la zona de Slavyansk, lo que muestra la extensión de este desastre.

El humo de los incendios se ha sentido incluso en Járkov, ya que llega con la tormenta de arena. “En Járkov lo he podido ver por mí misma, el aire del centro está lleno de arena, como el humo. Los coches están cubiertos de una capa de polvo y cuando caen unas gotas de lluvia, todo se llena de una capa de barro. Y no es la primera vez este mes”, escribió el bloguero de Járkov Evgeny Leonov. Todo esto es similar a lo ocurrido en abril durante la cuarentena en Kiev, cuando todo se cubrió de una apocalíptica neblina a causa de los incendios de la zona de Chernóbil. Las autoridades culparon de ello a saboteadores desconocidos y enviaron a la Guardia Nacional en su busca.

Las autoridades ucranianas han vuelto a hacer lo que suelen hacer en estas ocasiones y explican los problemas como maquinaciones de sus enemigos. “El personal militar de las Fuerzas Armadas, rescatistas y representantes de los servicios forestales continúan localizando focos de incendios causados por provocaciones armadas hostiles con el uso de balas incendiarias el día anterior”, afirmó el portavoz de los servicios medioambientales Yaroslav Zorin. “Puedo mencionar tres causas del fuego. La primera son los disparos con munición incendiaria desde los territorios no controlados”, añadió el gobernador de la región de Lugansk Sergey Gayday. Y la Oficina del Presidente de Ucrania también habló “sobre los ataques provocativos que podrían realizarse desde los territorios temporalmente ocupados en nuestro Estado por formaciones armadas ilegales y eso podría causar al menos parte de estos incendios”.

Por supuesto, ninguna de estas afirmaciones se sostiene ante las críticas de especialistas competentes. No solo porque los incendios se están produciendo en todas las zonas de la región dividida por la línea de contacto. De hecho, los incendios vienen asolando la región de Lugansk desde mediados del verano. Ya en julio, murieron a consecuencia del fuego cinco residentes. Después de eso, se registraron más incendios. Los incendios que se están produciendo ahora llevan activos desde finales de agosto. El 1 de septiembre, cerca de Stanitsa Luganskaya, uno de los bomberos que apagaban el incendio murió por la explosión de una mina, algo que se comentó en las noticias únicamente gracias a la información sobre el desastre natural. Y el 7 de septiembre, el fuego se extendió a nuevos territorios, como habían advertido ya los rescatistas ucranianos. Sin embargo, las autoridades no prestaron atención a las señales de alarma.

No había suficientes recursos para extinguir el fuego y el número de focos aumentó gradualmente a causa del clima soleado y cálido. Después llegaron los fuertes vientos, lo que causó la extensión de las llamas. Los residentes locales han publicado en la web imágenes que muestran lo secos que se encuentran la estepa y los bosques, normalmente cubiertos de lluvia en el frío septiembre. “El cambio climático no es ninguna broma, igual que el coronavirus”, dice uno de esos residentes a la audiencia. Esto nos recuerda los efectos de un verano inusualmente cálido, que ha roto varios récords. Pero hay más, ya que uno de los motivos para esos cambios es la deforestación masiva de los bosques plantado durante los tiempos totalitarios que se crearon en Donbass en los años de postguerra.

“Las plantaciones de bosques eran fundamentalmente de robles, ya que correctamente se entendió que durarían mucho tiempo y darían buena leña. Por ejemplo, las orillas del Seversky Donets desde Belgorod hasta la desembocadura del río están cubiertas de un cinturón de bosques de treinta metros. Así se crearon los recursos para los futuros saqueadores”, escribió el periodista de Kiev Dmitro Zaborin, que da a entender que las estepas y los bosques están siendo activamente reducidos por taladores ilegales protegidos por oficiales corruptos en el poder.

“La tendencia a la sequía que se extiende al norte y al oeste es muy clara. Y en el sur, donde los bosques se han talado hasta las raíces, en parte por el aumento de los precios del gas, la desertificación ha comenzado y las temperaturas de los meses de verano han aumentado por encima de los 40 grados. Según las previsiones, en las próximas décadas seguirá aumentando la temperatura media y en Kiev se empezará a respirar como en el sur de Australia. Pero no se quejen. Es el precio a pagar por el mito de la potencia agraria y la integración europea, cuando solo las materias primas entran en la Unión Europea sin restricciones”, escribió Zaborin sobre las consecuencias de este negocio, suicida para el futuro del país.

Esta historia no es sobre sabotaje sino sobre los intentos de esconder la tala ilegal, sobre la ecología destruida, las zonas de bosques abandonadas y la falta de recursos de los bomberos. Para ellos nunca hay dinero, aunque siempre lo haya para la guerra y las salidas de tono patrióticas. Así que los bosques ucranianos continuarán ardiendo a lo largo y ancho del país, como ya ha ocurrido en Kiev, donde un incendio llenó de humo una enorme zona residencial. Los desastres naturales son consecuencia de la catastrófica situación de la sociedad, un espejo que releja lo que ocurre en ella. Al fin y al cabo, el país continúa ardiendo en la crisis.

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