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Anticomunismo, Ley anticomunista, Odessa, Rusia, Ucrania

La hoz y el martillo

Artículo Original: Alexey Zotiev

En Odessa, un tribunal del distrito Primorsky, a petición del SBU, ha dictado arresto domiciliario para un residente de la ciudad acusado de haber publicado en su perfil de Facebook el escudo de la Unión Soviética, una imagen de la hoz y el martillo, una estrella de cinco puntas y un retrato de cierto líder comunista. Los periodistas no han especificado el nombre de la figura comunista que el imprudente ciudadano de Odessa publicó en las redes sociales. Parece que ellos también tienen miedo de acabar bajo arresto domiciliario.

El SBU ha decidido que los actos del acusado se pueden enmarcar en la definición del Artículo 436.1 del Código Penal de Ucrania: publicitar símbolos comunistas. El peligro es que millones de usuarios de las redes sociales podrían potencialmente ver esas imágenes de Odessa.

Tras la aparición de la publicación, se abrió una causa penal contra el hombre y se realizó un registro de su vivienda, durante el cual se encontró el arma del crimen: el ordenador con el que accedía a internet fue requisado. Así que ahora nuestro país vecino puede dormir tranquilo, el enemigo no pasará.

La alocada lucha contra cierta ideología se está convirtiendo, sin prisa pero sin pausa, en una esquizofrénica lucha contra el simbolismo, que en realidad no es más que una guerra contra la historia. ¿Qué puede haber de sedicioso en que una persona coloque en su perfil de las redes sociales los símbolos oficiales de un país que existió o el retrato de una figura histórica? ¿Cómo puede eso dañar a Ucrania? ¿Es posible que acompañara esas imágenes con un texto en el que llamaba al derrocamiento del actual sistema político y el retorno a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas? Lo dudo. Solo es una hoz y un martillo, solo es un escudo de un Estado que hasta hace poco tiempo era el hogar común de ucranianos y rusos.

Ahora, este ciudadano de Odessa que simplemente tiene nostalgia de los tiempos soviéticos se enfrenta a una sentencia de entre dos y cinco años de prisión y el juez le ha considerado tan peligroso para la sociedad que ha ordenado para él arresto domiciliario.

A medida que pasan los años, a medida que me hago mayor, veo la vida de forma más crítica, también en lo que se refiere al pasado, pero aún no puedo comprender por qué algunos de nuestros vecinos intentan con tal fiereza borrar el periodo soviético de la historia de sus países.

Los grandes avances industriales, el desarrollo de la agricultura, el triunfo de la ciencia soviética, los vuelos espaciales, la victoria contra el fascismo, el aumento de los índices de alfabetización. ¿Qué es lo que molesta tanto del pasado soviético a los políticos ucranianos? Durante décadas, la Ucrania “libre” ha existido precisamente gracias a la herencia soviética, explotando las empresas construidas en tiempos soviéticos y las industrias que se levantaron de la nada. Y ahora, cuando todo se ha vendido, destruido o robado, de repente hay que hablar de la nociva herencia soviética.

La época soviética existió, es parte de la historia. Es parte de la historia de Rusia, parte de la historia de Ucrania y es parte de la historia de Bielorrusia. Y aunque los bielorrusos no están, a día de hoy, a favor de volver al socialismo soviético, muchos de ellos comprenden que Bielorrusia no ha caído en el abismo de las crisis económicas precisamente porque las autoridades del país han sido capaces de preservar las empresas creadas en tiempos soviéticos y les han dado trabajo.

Se puede lidiar con la etapa soviética de diferentes maneras. Se puede odiar, algunos tienen razones para ello, y también se puede alabar, no será superfluo. Pero es estúpido y corto de miras luchar contra la historia y pretender que ese periodo nunca existió en Ucrania. La historia no debe servir al régimen político del momento, debe cubrir objetivamente los hechos que ocurrieron en el pasado. Debe ser neutral, imparcial, tener un punto de vista razonable, el de una persona con cabeza.

Siempre me he preguntado por qué los líderes de los países postsoviéticos luchan tan ciegamente contra el pasado soviético, tratando de borrarlo de la historia. ¿Para qué? ¿Por qué hay que guardar silencio sobre lo que ocurrió sin tu participación? ¿Por qué hay que prohibir a la población que se interese por el pasado del país? En algún momento, me di cuenta de que el motivo de este odio a la hoz y el martillo, así como al escudo de la Unión Soviética en una red social, te puede llevar a una pena de dos a cinco años de prisión.

Simplemente tienen miedo de ser comparados con los líderes de los tiempos soviéticos, porque la comparación no sería a su favor. Tomemos, por ejemplo, a Ucrania. Un presidente payaso ha sustituido a un presidente alcohólico. ¿De qué se pueden jactar? ¿Cuáles son los grandes éxitos que ilustran sus biografías? ¿El colapso de la industria agrícola?  ¿La persecución de disidentes, la guerra civil en el sudeste? ¿La completa dependencia de Estados Unidos? Hacen lo que hacen para no sentirse avergonzados por la mera mención de algunos de los líderes de la Unión Soviética. Es un asunto complejo. En general, hermanos ucranianos, hasta que no elijáis a un presidente normal, alguien que no se avergüence de sus propios actos y de su pasado, seguiréis siendo acusados por cualquier cosa. Porque vuestra memoria, vuestro deseo de comparar y sacar conclusiones sobre el pasado es una verdadera amenaza al sistema político existente en Ucrania.

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