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Brigadas Internacionales, Colonel Cassad, Entrevista, LPR, Novorossiya

«No fuimos a la guerra, la guerra vino a nosotros»

Original: Colonel Cassad/ Entrevista de Victor Shapinov

Traducción de Nahia Sanzo

Un miliciano de nombre “Artem”, mi viejo camarada de Borotba, antes de la guerra organizaba a las juventudes de la clase obrera de Donbass en la lucha contra el fascismo y el capitalismo. Creó una célula de organización. Cuando empezó la guerra, no pudo quedarse al margen y se unió a la milicia. Ahora Artem está herido en un hospital y he tenido la ocasión de entrevistarle.

– Dime, camarada, ¿cómo entraste en la milicia?

– Cuando comenzaron las manifestaciones en Maidán tuve la sensación de que esta vez la oposición se acercaba a terrenos peligrosos. Al contrario que en la revolución “Naranja” de 2004, en 2014 existían muchos grupos organizados y bien financiados de juventudes nacionalistas. Los grupos ultras habían madurado y habían crecido, así que había una sensación de que está vez cruzarían el Rubicón y que se cocía una guerra civil. La brecha social era ya anterior pero era, como así decirlo, una guerra civil moral. Pero ahora los nacionalistas tenían una oportunidad real de abusar y matar a los disidentes y hacerlo además bajo el amparo del Estado. Cuando vi la muerte de civiles inocentes y especialmente la facilidad con la que los pocos patriotas pro-ucranianos del lugar lo aprobaban, me di cuenta de que era el momento. La única solución era que nosotros mismos  tomáramos las riendas, así que salí y comencé a ayudar a la milicia.

– ¿En qué unidad de la milicia sirves?

– En el Ejército Unificado del Sudeste.

– ¿Qué tipo de tareas de combate ha realizado?

– Varias. Dejémoslo en secreto militar por el momento.

– ¿Fue complicado pasar de ser un activista pacífico a convertirse en un soldado?

– Fue difícil darse cuenta de lo que estaba pasando y construir un esquema que me explicara la esencia de esta guerra. Se hizo muy fácil una vez que aquí en Lugansk conocí a comunistas que habían desobedecido órdenes directas del Partido Comunista Ucraniano y se habían embarcado en el camino de la lucha. Y sentí entre los soldados el espíritu de Donbass entre los soldados, que siempre había luchado contra los ricos, que siempre había gravitado hacia el socialismo. En la República Popular de Lugansk es muy evidente. Y la vida en paz no era del todo pacífica. Había amenazas de los nacionalistas, que merodeaban por las calles de Donetsk y Lugansk (los ultras del fútbol). Y había pensamientos dolorosos: cómo hacer que la población abra los ojos a la creciente amenaza de un régimen nacionalista. La guerra ya estaba aquí, o el preludio de ella, si se quiere. Yo solo quería volver a la vida en paz, a crear un nuevo país con mis propias manos.

– ¿Cómo resultó herido?

– Durante el fuego de artillería en la ciudad heroica de Lugansk. La milicia no solo lucha en el frente, sino que tiene la responsabilidad de proteger al máximo de sus posibilidades a la población civil durante los bombardeos, incluso a costa de su propia vida. La gente ya se ha acostumbrado a los bombardeos, pero aún había cierta confusión, desorganización. Nunca creímos que golpearan zonas residenciales por error, pero ahora ya no hay ninguna duda, así que la población de Lugansk se ha hecho más disciplinada.

– ¿Qué pronóstico ve para las operaciones militares en Donbass?

– Si tomas la cronología de los hechos, verás cómo la milicia ha crecido y se ha reforzado, aunque las fuerzas han sido desiguales hasta ahora. Pero nosotros tenemos otro aliado, uno no menos importante ni peligroso para el enemigo. Los bolcheviques de verdad verán su importancia. Este aliado es la agitación de los soldados ucranianos. Es la misma campaña bolchevique contra la guerra imperialista de hace exactamente 100 años. Si más y más soldados ucranianos se rebelan y se niegan a luchar por los intereses de los capitalistas ucranianos y de Occidente, si empiezan a organizar comités contra la guerra, el caso quedará resuelto. Y esta tendencia ya está presente.

Hay dos posibilidades. Las tropas pueden arrasar completamente Donbass y llenarla de sangre, o puede haber un punto de inflexión y que expulsemos a las fuerzas punitivas de estas jóvenes repúblicas. La paz ya no es posible en Donbass bajo la autoridad de la Junta. En el caso de derrota de la milicia, comenzará un periodo de reacción, de genocidio y de terror. Entonces los chivatos locales serán de utilidad. ¿Podría imaginar a Yugoslavia como un estado único después de la guerra total que se dio allí? Es imposible. Solo compárelo con la sangría yugoslava. No tenemos odio por ninguna nación en particular, como sí se odiaban serbios a croatas a bosnios y estos a los serbios. Si las fuerzas punitivas toman control de Donbass, tendría que mantener unidades militares para siempre aquí. Tendrían que dormir con los rifles bajo la almohada. Porque esta no es una Guerra civil contra los ucranianos, sino una en la que la junta  lucha contra antifascistas.

– El ejército ucraniano ya no es tan débil como al principio de la guerra. ¿Cómo se ve desde dentro? ¿Puede la milicia con ellos? ¿Podrán resistir las repúblicas populares?

– La milicia puede con ello, porque la milicia no son solo los soldados sino que es el resto de la nación. Conscientemente o no, casi toda la población se ha movilizado para la lucha. Cada pequeño acto puede ser una ayuda incalculable. Cada detalle cuenta, esta es una lucha de la gente común. Sin el apoyo popular no habría habido ninguna posibilidad. Pero la gente ya no quiere seguir viviendo como antes. La gente quiere paz y tranquilidad, pero empiezan a entender que el Gobierno de Ucrania traerá terror y pobreza.

– ¿Es posible ir al ataque?

– Habrá una contraofensiva, pero no tan pronto como a la gente le gustaría. Nosotros también lo queremos. La estrategia defensiva enfada a muchos, pero necesitamos más tiempo.

– Usted fue participante active de Antimaidan en la organización izquierdista Borotba, que fue de facto ilegalizada por las autoridades ucranianas. Ahora su ciudad, donde vive con su familia, ha sido ocupada por las tropas ucranianas. ¿Hay peligro para su familia y amigos? ¿Siguen ahí o se han ido?

– Por supuesto, saqué a mi familia de ahí antes. Mi tío se quedó y ayuda a la lucha ahí.  Algunos familiares se han ido, pero muchos se han quedado.

– La prensa dice que la población local duda si unirse a la milicia, que no la apoyan. Dicen que la mayoría de las milicias están formadas por soldados extranjeros: rusos, chechenos, osetios. ¿Cree que hay alguna razón para estos mensajes?

– Me gustaría dar una respuesta detallada a esta pregunta. Primero, hay diferentes residentes en Donbass. Es una guerra civil. La mayor parte ayuda cuanto puede o nos apoya de forma pasiva. Por ejemplo, considera cómo reacciona la población cuando entra en cualquier ciudad una columna de la RPL. La gente saluda y grita agradecida a los soldados.  Muchas abuelas bendicen a las milicias al pasar. En general, hay un gran sentimiento de unidad con la gente. Somos cada uno para todos. Pero existe esa pequeña proporción de aquellos que esperan para entregar a su vecino a la policía secreta ucraniana, como hacen en Mariupol. También está esa pequeña parte a la que simplemente no les interesa nada mientras que haya un cajero automático en la ciudad. La percepción general de Donbass se está radicalizando. La gente busca cada vez más masacrar a los informadores. Pero la milicia trata de impedir linchamientos.

Sobre los Internacionalistas en la milicia… sí, hay diferentes nacionalidades: osetios, chechenos, rusos, ucranianos. Todos somos internacionalistas y estamos orgullosos de ello. Porque si, dios no lo quiera, uno de nuestros hermanos tiene problemas en su país, los mismos rusos, ucranianos, serbios y osetios vendrán a ayudarles. Esta es la esencia del internacionalismo. El núcleo duro de la milicia son chicos y hombres locales. Vienen constantemente, pero no se acepta a cualquiera. Incluso sus abuelos, veteranos de la Segunda Guerra Mundial, querían unirse. Y ocurrió. Siempre hemos sido gente pacífica en Donbass. En el curso de la Guerra, muchos se han convertido en guerreros que saben defender su tierra y sus ideas. Así que es imposible derrotar a Donbass, incluso aunque las ciudades sean tomadas. La lucha no acabará hasta que Donbass logre su independencia.

Sí, hay internacionalistas aquí, pero no mercenaries. Están en casa. ¿Cómo es eso?, preguntará. Fácil: Donbass es una cuna de naciones. Hay tantas nacionalidades aquí. Igual que los serbios tienen unas áreas que históricamente han habitado. Quien venga con ideas de paz encontrará un hogar aquí. Después de esto, nadie sera capaz de olvidar Donbass. Todos somos gente de Donbass. Como decimos a veces, somos todos diferentes, pero todos rojos (risas)

– ¿Qué impide a la gente de Donbass unirse a las milicias para proteger su tierra?

-En mi opinión es la falta de una línea ideológica clara que la gente entendiera. También está el temor a perder la jarra de cerveza de la tarde, el miedo a morir bajo el fuego de Grad. Pero si todos tuvieran las ideas tan claras como las tenían los bolcheviques, todo sería distinto. La gente solía vivir de elecciones a elecciones, para elegir entre oligarcas del este o del oeste. Nadie esperaba una guerra y no había organizaciones como los comités de combate en caso de que ocurriera. No vivimos a principios del siglo XX sino del XXI, por lo tanto tenemos que responder a los problemas de la época de forma diferente. Es importante encontrar las respuestas y es necesario encontrar las respuestas adecuadas. Llamadas recientes de voluntarios comunistas respondieron muchas cuestiones y creo que reflejan las opiniones de la mayoría de los soldados de la milicia.

Sí, desde el principio estamos luchando contra esa “ucranización” y el neo nazismo. Y bajo esa loca ucranización me refiero a la ideología de una masa con un complejo de inferioridad, liderada por sus dueños, no por nuestros hermanos los ucranianos normales. Hay muchos ucranianos contra la junta, pero tienen miedo y no están organizados. Los terribles eventos en Odessa el 2 de mayo, que también mataron a mis camaradas, ayudaron a la junta a estrangular por el momento las protestas fuera de Donbass.

Finalmente, quiero responder con las palabras voluntario comunista. Si levantamos la bandera roja, ganaremos esta guerra. I quiero añadir que ayudaremos a nuestros hermanos ucranianos a estrangular el fascismo dándoles la oportunidad de construir Ucrania sin fascismo. Sabiendo que podemos pelear con la máquina de la guerra, ahora entendemos no solo contra quién luchamos sino por qué luchamos. Esta es la clave que abrirá los ojos a muchos de nuestros compatriotas, que se levantarán y lucharán. Estoy seguro.

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– ¿Cómo ve el futuro de Ucrania si Donbass gana la guerra?

– Creo que Ucrania debería llegar al socialismo sin Donbass. Podemos ser buenos aliados. Pero los ucranianos solo erradicarán el banderismo y encontrarán su camino al socialismo cuando dejen de usar  Donbass como el “monstruo soviético” que “ocupó todo el país”. La histeria de Bandera siempre se calienta incitando el odio entre este y oeste. Sin Donbass, los ucranianos pronto se comerán entre ellos, porque no pueden hacer nada por la “prosperidad de la nación” y no podrán culpar a factores “exteriores”. Entonces, un “Livy ruh” (movimiento izquierdista) podrá surgir en Ucrania occidental y el banderismo morirá. El derecho de autodeterminación, un derecho de los pueblos, es lo mismo que el derecho a elegir una u otra ciudad en la que vivir.

– Mucha gente dice que la RPD y la RPL son un “proyecto blanco” liderado por monárquicos, nacionalistas rusos y grupos similares. Como comunista e internacionalista apoya las repúblicas populares. ¿Cree que hay razones para que la izquierda apoye a Novorossiya? ¿Hay muchos izquierdistas en la milicia entre soldados ordinarios y comandos?

– Esta cuestión se hará central. Al principio los hombres solo querían defender sus hogares y a sus familias, sin pensar en la ideología. Era prácticamente imposible que la gente se interesara entonces por la lucha de por el poder de los soviets. Incluso aunque en realidad la mayoría fueran en cierto sentido socialistas. Me refiero a un ideal que la gente ordinaria de Donbass querría reavivar, incluso aunque fuera a nivel de conversación de bar.

Hay muchos soldados que se consideran comunistas e internacionalistas en la milicia de la RPL. También me gustaría destacar el papel del “Frente Popular de Lugansk” (antes el comité regional del Partido Comunista), cuyos miembros desobedecieron la línea oficial del partido y se declararon abiertamente partidarios de la República. Por eso cambiaron de nombre.  También hay anarco-comunistas molestos porque sus “hermanos” de Kiev se mezclaron con neo-Nazis y empezaron a matar a nuestros compatriotas. Muchos no están en ninguna organización, sino que simplemente se posicionan como comunistas o internacionalistas. Es una mezcla tan grande que nadie se molesta en preguntar a qué organización perteneces. Eres comunista y ya está. No hay nacionalismo en la RPL en absoluto. Los cosacos del Don interactúan sin problemas con los comunistas. He encontrado más de uno que luchó por la República Soviética del Don.  Recuerdan la tricolor Rusa, que llevaba la inscripción “Antifa” (risas). Este episodio explica muchas cosas. La gente se levantó contra la amenaza del nacionalismo ucraniano y buscó aliados contra los radicales armados. Rusia siempre ha sido una “madre” aquí. Así que se levató la bandera rusa, pero la calificación de antifascista simboliza otra cosa, la esencia del pueblo de Donbass, no una forma de nacionalismo sino internacionalismo y antifascismo.

Sobre los comandos, no digo que nadie se haya declarado abiertamente comunista. Pero no solo hablan de internacionalismo, de antifascismo. Por ejemplo, Alexander Mosgovoy, el comando del batallón “Fantasma”, ha hablado abiertamente de la lucha contra los oligarcas y por lo intereses de la gente y ha probado sus palabras con sus actos. No hay un proyecto blanco porque sería un complete fracaso en Donbass. Históricamente, la clase obrera luchó contra los blancos y apoyaron el poder del soviet. Mentalmente todos somos rojos y no blancos. La guerra consolida a la gente, despierta su memoria histórica y su interés de clase.

En resumen, me gustaría decir que no hay sectarismo, pero la dialéctica ayuda a los internacionalistas a entender la esencia de la situación, a ver más allá de las formas, ver el contenido verdadero y a tomar las decisiones correctas, aunque estas sean duras.

Y quiero añadir: compatriotas, recordad que vuestros antepasados derramaron sangre por la victoria del proletariado en esta tierra. Recordad que el Donbass moderno se construyó con increíbles esfuerzos de la clase obrera: la victoria sobre los Nazis. Donbass es un monumento real de la construcción del socialismo. Recordad quiénes sois. ¡Gloria a Donbass y a la solidaridad internacional de la clase obrera!

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