Otra visión del mundo

La semana pasada, Vladimir Putin anunció la adopción de un nuevo concepto de política exterior rusa, una estrategia adaptada a un momento en el que Moscú se ve obligada a ampliar miras y aceptar que su relación principal no será, ni a corto ni medio plazo, con sus vecinos occidentales. Desde 2014, cuando la crisis ucraniana supuso la introducción de las primeras sanciones y contrasanciones económicas entre Occidente y Rusia, la idea de la desdolarización, búsqueda de un mundo menos unipolar y el giro hacia China para compensar las pérdidas en Europa han sido ideas constantemente repetidas por las autoridades y los medios rusos. Pese a los pasos en esa dirección, los éxitos reales pueden considerarse limitados y ahora que la búsqueda de nuevas alianzas y socios comerciales no es una opción sino una necesidad, Moscú ha de acelerar en esos objetivos que se planteaba ya hace nueve años.

Cerradas desde antes incluso del inicio de la intervención militar rusa todas las puertas para recuperar una relación constructiva y basada en el diálogo, la nueva doctrina rusa se basa, como han destacado los medios de comunicación estos días, en la ruptura con Occidente. Con Estados Unidos señalado como “el principal instigador y conductor del sentimiento antirruso”, el ministro Lavrov afirmó que el documento “reconoce la naturaleza existencial de las amenazas a la seguridad y desarrollo de nuestros país causadas por las acciones de Estados no amistosos”. Pese a la retórica aparentemente beligerante y de ruptura, el documento muestra que Moscú no busca aislarse ni renunciar a las relaciones con otros países, sino defender un mundo menos centrado en la actual potencia hegemónica, pero que no busca crear un nuevo marco jurídico al margen de Naciones Unidas, sino ganar peso en él y potenciar las instituciones en las que participa, fundamentalmente aquellas en las que comparte dirección con países tan importantes como China o India.

El nuevo documento

Artículo Original: Colonel Cassad

Las claves del nuevo concepto de la política exterior rusa

1. Igualdad soberana entre los Estados, respeto a su derecho a elegir modelos de desarrollo y estructura social, política y económica.
2. Rechazo a la hegemonía en las relaciones internacionales.
3. Cooperación basada en el equilibrio de intereses y beneficio mutuo.
4. No interferencia en los asuntos internos.
5. Supremacía del derecho internacional en la regulación de las relaciones internacionales, rechazo a la política de doble vara de medir por todos los Estados.
6. Indivisibilidad de la seguridad en sus aspectos globales y regionales.
7. Diversidad de culturas, civilizaciones y modelos de organización social, renuncia de todos los Estados a imponer sus modelos de desarrollo, ideología y valores a otros países; subordinación a las guías espirituales comunes a todas las religiones tradicionales mundiales y sistemas éticos seculares.
8. Liderazgo responsable de los Estados líderes dirigido a garantizar las condiciones estables y favorables tanto para el desarrollo propio como para el de otros países y pueblos.
9. Papel dominante de los Estados soberanos en la toma de decisiones en el campo del mantenimiento de la paz y seguridad internacional.
10. Para facilitar la adaptación del orden mundial a las realidades del mundo multipolar, la Federación Rusa pretende prestar atención prioritaria a:

• • Eliminar las herramientas de dominación de Estados Unidos y otros Estados hostiles en los asuntos mundiales, creando condiciones para que cualquier Estado pueda rechazar las ambiciones neocoloniales y hegemónicas.
  • Mejorar los mecanismos internacionales para garantizar la seguridad y desarrollo en los niveles global y regional.
  • Restaurar el papel de Naciones Unidas como mecanismo coordinador central en la coordinación de los intereses de los Estados miembros de Naciones Unidas y sus actos para conseguir los objetivos de la Carta de Naciones Unidas.
  • Mejorar y acentuar el papel potencial de la asociación interestatal BRICS, el Pacto de Cooperación de Shanghai, la Confederación de Estados Independientes, la Unión Económica Euroasiática, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, RIC (Rusia, India, China) y otras asociaciones interestatales e internacionales, así como los mecanismos con participación significativa de Rusia.
  • Apoyar la integración regional y subregional en el marco de las instituciones multilaterales amistosas, plataformas de diálogo y asociación regional en las regiones de Asia-Pacífico, América Latina, África y Oriente Medio.
  • Aumentar la estabilidad y desarrollo progresivo del sistema legal internacional.
  • Garantizar el acceso equitativo de todos los Estados a los beneficios de la economía mundial y la división internacional del trabajo, así como a las tecnologías modernas en busca de un desarrollo justo y equitativo (incluyendo la solución de los problemas de la energía global y la seguridad alimentaria).
  • Intensificar la cooperación a todos los niveles con los aliados y socios de Rusia para detener los intentos de Estados no amistosos de impedir esa cooperación.
  • Consolidación de los esfuerzos internacionales dirigidos a garantizar el respeto y protección universal de los valores morales y espirituales tradicionales (incluyendo las normas éticas comunes a todas las religiones mundiales), neutralización de los intentos de imponer actitudes pseudohumanistas y otras ideologías neoliberales que llevan a la pérdida de las guías espirituales y morales tradicionales y los principios morales de la humanidad.
  • Diálogo constructivo, sociedad y enriquecimiento mutuo de diferentes culturas, religiones y civilizaciones.

En realidad, esta es la imagen del futuro orden mundial que desea Rusia. Este es el mundo multipolar de grandes potencias sin un único hegemón.