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Batallón Azov, Biletsky, Ejército Ucraniano, Rusia, Ucrania

El viaje de la 3ª Brigada de Biletsky a La Courtine. Historias de las alianzas militares de la República francesa

En un artículo reciente en la web Mediapart, el periodista Sébastien Bourdon destaca la presencia de neonazis entre las fuerzas ucranianas entrenadas en tareas de combate por el ejército francés. El artículo se centra en los componentes de un grupo llegado a Francia en octubre de 2023 a quien muestra posando con armas HK416 y junto a vehículos militares, color “marrón tierra de Francia”. El grupo pertenece la Tercera Brigada de Asalto de Andriy Biletsky y Maksym Zhoryn, una de las muchas unidades militares ucranianas que tienen vinculación con las estructuras del movimiento Azov y del Cuerpo Nacional, de raíz profundamente ultraderechista.

Bourdon señala que la ideología neonazi de al menos uno de los miembros del grupo difícilmente podía pasar desapercibida a los responsables franceses de la formación. El periodista describe así al soldado de la 3ª Brigada al que llama ficticiamente Denys: “Cigarrillo entre los labios … Denys no es precisamente finura … su cuerpo está marcado por numerosos tatuajes más o menos acabados. Varios marcan su rostro. Un cuchillo cruzado con una flor en el extremo de la mejilla, la frase “My princess” por encima de la ceja con las dos últimas letras (“ss”) acentuadas, una guadaña sobre la otra ceja, pero sobre todo la runa Sieg en la sien, la misma que, duplicada, forma el emblema de las Schutzstaffel, las SS del régimen nacionalsocialista”. Aunque este tatuaje está realizado en versión espejo, “una foto que muestra a Denys junto a una bandera marcada con una esvástica” aclara para el autor cualquier duda sobre la interpretación del símbolo nazi.

Fotos de Denys publicadas por Mediapart

Entre los soldados ucranianos que llegaron en octubre de 2023 para ser entrenados en Francia, Denys no es el único que publicita su ideología neonazi en sus redes sociales. Bourdon nos señala que uno multiplica los saludos hitlerianos y se hace un selfie con una braga de cuello adornada con una cruz celta; otro muestra los emblemas de las divisiones SS “Totenkopf” y “Galizien”; y otros hacen gala del Totenkopf que llevan como parche o en una camiseta. El 20 de abril, cumpleaños de Hitler, aparece otro soldado del grupo posando delante de un fresco en su honor. Bourdon recuerda, en este contexto, que el emblema histórico de Azov incluye un wolfsangel invertido que recuerda al escudo de armas de las Waffen SS Das Reich. Esta unidad es bien conocida en Francia en por la masacre de Oradour-sur-Glane, aunque también es recordada por sus acciones asesinas en la ciudad de Tulle, de la que François Hollande fue alcalde.

Bourdon comenta igualmente en su artículo la presencia de un soldado francés, con referencia Caphard Misanthrope en las redes, entre el grupo de la 3ª Brigada de Asalto. Según el periodista, este soldado partió hacia Ucrania para luego regresar a Francia como parte del grupo de entrenamiento militar, antes de retornar al este de Ucrania para combatir.

Aparentemente inspirado por la resistencia de Azovstal, y sin formación en unidades especiales en el ejército francés -un simple soldado, señala-, la información disponible confirma la presencia de este francés en Ucrania y su adscripción a la 3ª Brigada. Todo indica que llegó a Kiev a primeros de julio de 2023, con posible participación posterior en la acción ofensiva de la 3ª brigada en la zona del canal Seversky Donets. Todavía en marzo de 2023 parecería seguir en el frente. Bourdon define al nuevo recluta como “neonazi convencido”. Aunque no pueda acreditarse este extremo con total seguridad, sí resulta evidente el carácter abiertamente neonazi de los componentes de su grupo militar en Ucrania.

La presencia de militantes neonazis franceses en la Tercera Brigada de Asalto del equipo Biletsky-Zhoryn, así como en el grupo Centuria afín, está por completo acreditada. Se menciona tangencialmente en el artículo de Bourdon.

El entrenamiento del grupo de la Tercera Brigada se desarrolló en otoño de 2023 en el campamento militar de La Courtine, en el Departamento de la Creuse, a medio camino entre Limoges y Clermont-Ferrand. El campamento es un centro militar del ejército de tierra de la República francesa desde 1904. Se trata del primer campamento militar francés en capacidad de acogimiento (hasta 4.000 personas). Aunque situado en la llanura de La Courtine, está cerca de áreas boscosas apropiadas para la instrucción militar, entre ellas el Parque natural regional de Millevaches en Limousin. Concebido como centro de acuartelamiento para grandes unidades autónomas de infantería, el centro está desde hace tiempo esencialmente reservado al entrenamiento general de formaciones militares, sin una especialización definida. No obstante, las instalaciones resultan adecuadas para el trabajo con unidades especiales. Por ejemplo, las acciones de combate local pueden trabajarse en una aldea de combate con ciento diez casas en La Courtine.

Preguntado por Mediapart respecto a las personas formadas, representantes del Ministerio de las Fuerzas Armadas francés se limitaron a señalar que son las “fuerzas armadas ucranianas las que organizan el flujo y la selección de los soldados ucranianos enviados a Francia y Europa. Por lo tanto, no hacemos comentarios sobre esta organización”. Según el Ministerio, el ejército francés ha entrenado hasta ahora a unos 12.000 soldados ucranianos en Francia, de los que algo más de 8.000 llegaron en 2023, indica el ministerio a Mediapart.

Con carácter general, el programa de entrenamiento francés para Ucrania se fundamenta en tres líneas de intervención: táctica, uso y mantenimiento de las armas proporcionadas; formación especializada en atención sanitaria, logística, desminado y reconocimiento blindado; así como entrenamiento táctico de unidades enfocadas a la guerra urbana y de trincheras. Las fotografías del grupo de la Tercera Brigada en la llamada aldea de combate de La Courtine muestran que este último sería el ámbito formativo privilegiado para una unidad, como la de Biletsky y Zhoryn, que actúa en primera línea del frente en el Donbass. La presencia de la unidad de Andriy Biletsky en Francia niega el veto occidental a armar, financiar e instruir a las unidades de Azov que ha alegado recientemente Denis Prokopenko. Como gran parte de la mitología del movimiento, también eso es falso.

No deja de resultar llamativo que la historia del campo de La Courtine venga marcada por el motín que, en la primavera y verano de 1917, protagonizaron soldados rusos aliados de Francia durante la Primera Guerra Mundial. Estos soldados formaban parte del Cuerpo expedicionario ruso aliado en Francia, compuesto por unos 45.000 hombres y destinado a ese país para defender a la República en las trincheras del frente del este con Alemania. Destacaron por las fuertes pérdidas humanas en las batallas en la región de Reims, en particular en las batallas de la zona llamada “Les cavaliers de Courcy” donde contribuyeron a la liberación de algunas localidades.

Monumento a la liberación de Courcy por los soldados rusos. Foto: Facebook. Centenaire de la Libération de la Commune de Courcy.

Tras la revolución de febrero de 1917 y ante el escaso aprecio que los franceses mostraban por su papel en la guerra, considerándose básicamente como carne de cañón, parte de estas tropa mostraron su oposición a seguir combatiendo en el frente. Fuertemente influidos por las ideas revolucionarias rusas, el temor al contagio de estas ideas entre los soldados franceses forzó su envío a La Courtine a partir de junio de aquel año. En su campamento alrededor de 9.000 soldados rusos, la mayor parte de ellos obreros comunistas de la región de Moscú integrados en la 1ª Brigada de infantería, llegaron a establecer una organización propia, un soviet autogestionado, con el fin de conseguir el retorno a Rusia. El resto de la tropa zarista, paisanos de la región de Samara enrolados en la 1ª Brigada y la mayor parte de los miembros de la 3ª Brigada, más leales al zar Nicolas II, abandonaron el campo junto a los oficiales.

El motín fue duramente reprimido a mediados de septiembre por una fuerza combinada de los ejércitos regulares francés y ruso que tenía como objetivo recuperar el control del campo. Iniciados los ataques de artillería contra La Courtine el 16 de septiembre, una acción directa de la infantería leal al zar asaltó finalmente las instalaciones en las que ya sólo quedaban un centenar de irreductibles. Según el historiador Adam Rémi, entre ellos, algunos músicos siguieron tocando La Marsellesa y la Marcha Fúnebre de Chopin antes de que los últimos rebeldes llegaran a rendirse finalmente el 19 de septiembre. Tras pasar por batallones de trabajadores, el grueso de las fuerzas rebeldes sería repatriada a Odessa en 1919.

Durante mucho tiempo ocultada y minimizada en Francia, los historiadores modernos sostienen que la represión militar franco-rusa contra los rebeldes rusos de La Courtine costó entre ellos centenares de muertos en septiembre de 1917.

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