Entrada actual
Armas, Ejército Ucraniano, Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Zelensky

Infantería, equipamiento y exigencias

“Tras meses de polémico debate en Kiev, el sábado entró finalmente en vigor una nueva ley de movilización. La ley rebaja de 27 a 25 años la edad a la que los hombres pueden ser reclutados y establece penas para los que huyan al extranjero para evitar el servicio militar obligatorio”, escribe esta semana David Axe en Forbes. La aprobación de la ley más polémica de los últimos años supone para los hombres ucranianos el constante peligro de ser reclutados para las Fuerzas Armadas y la pérdida clara de derechos para aquellos que residan en el extranjero, cuyo acceso consular va a quedar reducido. Ante las quejas de la población y las colas inminentes que se crearon en los consulados ucranianos de los países europeos para renovar el pasaporte por el temor a no poder hacerlo una vez que la ley fuera firmada y ratificada, Mijailo Podolyak defendió la medida alegando que no se trata de una obligación del Estado, sino simplemente de un servicio. Esta afirmación, como otras muchas en la misma línea, pasó desapercibida en la prensa occidental, reacia a criticar a Ucrania incluso cuando limita derechos a su propia población.

Desde el pasado noviembre, cuando el artículo que el entonces comandante en jefe Zaluzhny publicó en The Economist y que pedía ayuda para la creación de una reserva estratégica, la cuestión del reclutamiento y ampliación de la movilización ha sido uno de los temas más importantes de la agenda política ucraniana y ha rivalizado incluso con la cuestión de la entrega de armamento. Al fin y al cabo, las armas no sirven de mucho si no hay un ejército lo suficientemente numeroso y preparado para utilizarlas. Recientemente, el comandante de las Fuerzas Terrestres de Ucrania, Oleksandr Pavliuk, ha afirmado de forma categórica que el problema de Ucrania no es el personal, sino el armamento. Su discurso, que es también el de las autoridades políticas ahora que los roces existentes con Zaluzhny han desaparecido, insiste en la superioridad del personal ucraniano, capaz de derrotar militarmente a Rusia en el campo de batalla. Ucrania, que durante meses ha afirmado que Rusia realizaría una nueva movilización, sigue ahora los pasos que diera Moscú en su momento de mayor debilidad. En septiembre de 2022, Vladimir Putin firmó la orden de reclutamiento de 300.000 hombres, con los que debía estabilizar el frente e impedir una irrupción ucraniana en zonas sensibles de la línea de contacto. Moscú ofreció también la posibilidad de alistarse a los presos de las cárceles del país, con lo que obtuvo otro flujo de combatientes a los que hay que sumar a los voluntarios. Con ello, y aprovechándose del desgaste que ha supuesto para Ucrania la contraofensiva, Rusia ha conseguido evitar una nueva movilización.

Además de la movilización, Ucrania ha abierto también la posibilidad de enviar al frente a presos que así lo deseen. Con la habitual doble vara de medir de los medios occidentales, lo que en el caso ruso se presentaba como un envío prácticamente forzoso al frente, se convierte ahora en ejemplo de reinserción. En cualquier caso, los medios siguen sin preguntarse cuál es el nivel de bajas de Ucrania y ocultan abiertamente que la pérdida de soldados y el desgaste extremo de las Fuerzas Armadas en general es el verdadero motivo de la necesidad de movilización. Todo indica que Ucrania busca apuntalar a su ejército en sus actuales labores defensivas y no crear una nueva reserva para las ofensivas que Zelensky anuncia para el futuro, posiblemente para 2025, año en el que Andriy Ermak desea repetir, esta vez con éxito, la fallida ofensiva de hace un año.

En ese discurso político y mediático, ha de quedar claro que el problema de Ucrania es únicamente la carencia de armas. “Confiado en que las reformas añadirán decenas de miles de personas a sus filas, el ejército ucraniano se está expandiendo mucho. Pero no hay suficientes vehículos pesados para todas estas nuevas tropas”, escribe Axe, que ilustra el problema exagerando hasta el ridículo la supuesta escasez de blindados en el ejército ruso, al que presenta como una fuerza que prácticamente ha de luchar a pie. Ucrania se enfrenta, afirma, a una “desmecanización similar”, según la cual unidades mecanizadas habrían de convertirse en infantería, perdiendo así una parte importante de su potencial.

“El Ministerio de Defensa de Kiev está formando 10 nuevas brigadas de 2.000 efectivos, ampliando algunos batallones para convertirlos en brigadas, trasladando una brigada territorial poco equipada al cuerpo de marines y añadiendo una brigada de artillería a la guardia nacional”, anuncia Forbes, que añade que “los cambios podrían aumentar las fuerzas terrestres ucranianas de 100 brigadas en un 10% aproximadamente. Al ser la mayor de las fuerzas armadas, el ejército terrestre es, por supuesto, el más beneficiado”. No es difícil ver en la descripción dada un intento de Ucrania de presentar su ejército terrestre como una fuerza potente que únicamente precisa del equipamiento blindado para pasar a la ofensiva, momento en el que ese material es más necesario.

“Desde que Rusia amplió su guerra contra Ucrania hace 27 meses, Ucrania ha recibido alrededor de 7.500 vehículos blindados de sus aliados extranjeros y también ha restaurado de su almacenamiento a largo plazo miles de vehículos más antiguos que datan de la era soviética. Estos más de 10.000 vehículos se sumaron a los miles que ya estaban en servicio cuando Rusia atacó”, precisa Axe, que cifra en 5.000 las pérdidas sufridas. Curiosamente, Axe no recuerda en esta ocasión que el fracaso de la táctica de las grandes columnas blindadas hizo que una parte de los tanques y otro equipamiento blindado entregado por sus socios no fuera utilizado el año pasado. En esta ocasión, es preciso destacar las carencias. La aprobación de la nueva financiación de Estados Unidos ha supuesto el anuncio del envío de centenares de vehículos blindados que, sin embargo, no parecen ser suficientes.

“Pero incluso estos cientos de vehículos son demasiado pocos. Se puede afirmar con seguridad que el aumento de los efectivos del ejército ucraniano ha superado con creces su mecanización. Prueba de ello es que la mayoría de las brigadas más recientes son de infantería”, sentencia en la parte final del artículo. En realidad, las brigadas que Ucrania desea formar no son prueba más que de las intenciones de Kiev de continuar defendiendo que no hay ningún problema en su forma de movilización -cada vez más impopular y forzosa- y que todo se limita a la cuestión material. Al fin y al cabo, no hay mejor argumento para exigir a sus socios más equipamiento que presentar un enorme ejército dispuesto a acudir masivamente al frente a derrotar al enemigo común y que solo necesita centenares de tanques más.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Reportes del frente archivados.

Registro

Follow SLAVYANGRAD.es on WordPress.com

Ingresa tu correo electrónico para seguir este Blog y recibir notificaciones de nuevas noticias.

Únete a otros 47K suscriptores

Estadísticas del Blog

  • 2.244.919 hits