Batallas en la zona de Donetsk

En los últimos días, los combates se han recrudecido en los alrededores de la ciudad de Donetsk con una fuerte lucha en prácticamente todas las zonas, desde Peski, donde la RPD sufrió bajas para repeler el intento de avance ucraniano, hasta Ugledar, un sector del frente que se ha mantenido estático desde hace meses. Observando las posiciones de esas localidades, a las que hay que sumar Avdeevka y Marinka como posiciones fortificadas más importantes para Ucrania, es evidente el peligro que el statu quo significa para Donetsk, la ciudad más importante de Donbass y de la que las tropas rusas no han logrado en ocho meses de intervención militar alejar a las ucranianas.

El pasado sábado, el fundador y comandante del batallón Vostok, cuyas tropas llevan meses luchando y sufriendo en Ugledar, anunciaba abiertamente el inicio de una ofensiva en la zona. Alexander Jodakovsky se refería al uso de todo tipo de armamento y aviación, escasa en esta guerra por el riesgo que supone su uso, en una operación para la que deseaba suerte. A lo largo del día, Jodakovsky mencionaba avances hacia Pavlograd, una ciudad al sur de Ugledar recuperada por Ucrania el pasado junio tras haber sido capturada por la RPD.

Lejos de los titulares, con una lucha escasamente cinematográfica que se asemeja más a la guerra de trincheras en las que han muerto durante años demasiados soldados a ambos lados del frente, es difícil imaginar el estado de esas localidades tras meses de batalla. Sin embargo, el sector del frente que se encuentra en los alrededores de Ugledar, una localidad en sí escasamente importante, sí es estratégico, ya que su control puede comprometer la ruta de suministro de las tropas ucraniana desde la ciudad de Zaporozhie, fundamentalmente hacia Marinka. Fuertemente fortificado, este suburbio de Donetsk, bajo control ucraniano desde el verano de 2014, es una de las piedras en el zapato de la RPD y de donde aún no ha logrado expulsar a las tropas ucranianas, que disponen de una posición privilegiada para atacar Donetsk y controlar toda la zona sur de la capital de la República.

Ayer por la mañana, Alexander Jodakovsky actualizaba la información dando, no solo una muestra de cómo los soldados viven la guerra, sino planteando implícitamente el motivo de la ofensiva:

La noche obliga a detener las hostilidades, porque ni el enemigo ni nosotros tenemos una clara imagen sobre dónde esta cada cual y es peligroso trabajar con la artillería. Por lógica, no tiene mucho sentido para el enemigo seguir manteniendo Pavlovka. No es una posición clave para ellos. Pero los cruces del río, que está desbordado por las lluvias, están bajo nuestro control, lo que pone al enemigo en una situación difícil: no será fácil para ellos retirarse, así que tendrán que luchar o rendirse.

¿Por qué sacrificamos Pavlovka entonces y ahora tenemos que recuperarla? El problema es que hay que organizar las líneas de defensa en los pueblos que hay que usar sótanos que tienen aperturas en dirección al frente. Sentado en un sótano así, un soldado no puede ver nada a su alrededor, solo lo que está de frente. En Pavlovka, el enemigo se aproximó con vehículos convencionales desde los flancos y estaba fuera del ámbito de visibilidad. Cuando estás sentado en un sótano durante redadas casa por casa, el lugar de convierte en una trampa, de ahí que un puñado de marines, comandantes entre ellos, fueran tomados como prisioneros así. No porque sean débiles de espíritu, sino porque eran rehenes del método de defensa.

Dicho esto, Ugledar, que controla el territorio en altura, era un problema. Desde Pavlovka al primer edificio de pisos en Ugledar hay unos mil ochocientos metros y una barrera natural que, como es de esperar con este tiempo, está llena de agua. Desde Ugledar se puede ver todo a decenas de kilómetros a la redonda y se puede corregir la artillería incluso sin la necesidad de drones, golpeando Pavlovka a plena luz del día. En las minas cerca de Ugledar hay un potente sistema óptico, que por algún motivo no ha podido ser destruido ni con la artillería ni con la aviación. Mientras esté ahí, el enemigo, que de por sí tiene la ventaja de la altura, no tendrá miedo de nuestro sistema de guerra electrónica y puede corregir el fuego en cualquier dirección.

De ahí que dijera que nuestra ofensiva era prematura. En esta sección del frente, tras tomar Pavlovka, es simplemente obligatorio avanzar hacia Ugledar. De lo contrario, los defensores de Pavlovka volverán a quedar como rehenes. El suministro y la rotación se verá interrumpida. Será imposible moverse alrededor de Pavlovka: los 1800 metros desde alturas privilegiadas harán de nuestros chicos blancos en movimiento incluso para las ametralladoras y tomar Ugledar en estas condiciones será muy difícil. Si el comando está satisfecho con el premio de tomar Ugledar y quiere esperar, buscando primero suprimir las formas de vigilancia de Ugledar y esperar al clima, nos encontraremos en una posición difícil controlando Pavlovka. Pero si el comando decide ir de verdad a por Ugledar ahora…

Las palabras de Jodakovsky indican la necesidad de apoyo de la aviación y la artillería rusa para eliminar las dificultades por la que la infantería ha sufrido tanto en estos meses. Si la ofensiva forma parte de una táctica de ataques a los puntos fuertes de Ucrania, Ugledar entre ellos, con el uso de artillería y aviación en lugar de los asaltos frontales que tantas bajas están causando entre las tropas rusas y, sobre todo, republicanas, puede verse un cambio de tendencia en los alrededores de Donetsk con el intento de corte de las líneas de suministro de lugares como Marinka, clave para la estrategia ucraniana en esta zona. De lo contrario, la posible captura de una localidad de escasa importancia estratégica puede servir para maquillar el parte de guerra del Ministerio de Defensa, pero no llevará a ninguna ventaja real para las tropas ni a una reducción del peligro para la población civil en lugares como Donetsk.