Artículo Original: El Murid
La guerra en Donbass ha entrado en una nueva fase. Ya no puede hablarse de violaciones del alto el fuego, que simplemente ha dejado de existir. La propaganda ucraniana habla de que las fuerzas punitivas se han visto obligadas a responder debido a la captura del aeropuerto, pero es complicado usar esos términos para un bombardeo masivo y continuo amasamiento de tropas y armamento militar ofensivo que llevaba tiempo preparándose.
De hecho, Kiev simplemente ha provocado la captura del aeropuerto con sus constantes bombardeos de zonas residenciales de Donetsk, que según algunas estimaciones han costado la vida a entre 300 y 350 civiles desde septiembre. En cualquier caso, la segunda fase de la guerra ya es un hecho. Ahora, tanto las fuerzas punitivas como la milicia deben probar que han sabido utilizar la duración de esta extraña tregua para su beneficio.
La ofensiva del Ejército Ucraniano se produce en la misma línea que el escenario del verano, no porque los generales ucranianos sean estúpidos, sino porque la configuración del frente no ofrece otras opciones. Hay una opción: el cerco operativo de Donetsk flanqueándola por la zona de Snezhnoe y capturando Yasinovataya, Makeevka y Khartsyzk. Como en verano, tratar de cortar a la milicia el acceso a la frontera no tiene sentido. Sería suficiente cortar las líneas de suministro y tratar de mantener la situación durante al menos dos semanas. La lucha intensa acabaría con la munición y sin posibilidad de abastecimiento, Donetsk no podría aguantar.
Rusia, coherente con su postura de negar su presencia y reconocimiento de la “unidad de Ucrania”, se verá obligada a mantener su posición. Cambiar de postura requeriría un serio estudio de las consecuencias, para lo que no hay tiempo ahora mismo. Aparentemente, los “pacificadores” de Minsk no consideraron la posibilidad de una transición ofensiva de Kiev y esperaron que el refuerzo de la milicia sería capaz de mantener alejado a Kiev de hostilidades a gran escala. El Kremlin no demuestra así tener un plan pensado de antemano. Ha comenzado otro “terrible silencio ruso”, que en realidad supone que Moscú no sabe qué hacer. Vuelven a aparecer los patéticos comunicados de pesar y preocupación, acciones reflejas tan comunes en la política rusa.
Evidentemente, habrá que implementar la misma acción refleja para aguantar las posiciones y de forma posicional derrotar a las tropas punitivas que tratan de avanzar. Sin un plan de ataque, el juego está en la defensa: un camino a la derrota segura, pero parece ser el único camino.
Aún no está claro cómo se comportarán los diferentes grupos de la milicia. A juzgar por la irrupción de varios tanques en el puente de Putilovka [que finalmente fue rechazado-Ed], apoyados por infantería, las tropas ucranianas fueron capaces de irrumpir por la zona de Spartak, área defendida por el Batallón Vostok. Otra vez Khodakovsky y otra vez el aeropuerto. También hay información de Yasinovataya, también bajo control de Vostok, donde no todo marcha como debería. Aunque la milicia lucha con fuerza, las cuestiones sobre los comandantes siguen en el aire, igual que lo estuvieron en verano.
Por el momento, solo se pueden esperar acciones defensivas de la milicia en Donetsk y, posiblemente, ataques de distracción en otras direcciones para formar a los comandantes de Kiev a aguantar sus reservas. Pero cuando esta situación afloje, será suficiente para las tropas punitivas tener éxito en una de las zonas. Entonces ya no ayudará ninguna distracción, se lanzarán todos los recursos disponibles para abrirse camino.
Es algo ingenuo contar con que la milicia socavará al enemigo en batallas defensivas y después pasará a la ofensiva: el Kremlin no ordenó detener la ofensiva en septiembre para permitirla, por alguna razón, en enero. El objetivo no ha cambiado: ceder el control de Donbass a Ucrania casi a cualquier precio, aunque con una administración pro-rusa. En realidad, la población muere ahora solo para que Zakharchenko y Plotnitsky puedan convertirse en gobernadores ucranianos. Y si no son ellos, será alguien más. Los nombres no importan, importa su función.
Kiev no acepta esta postura. Estrictamente hablando, esta es la razón por la que la situación se ha agravado. En este momento no hay ningún signo que haga pensar que Kiev y Moscú vayan a ser capaces de solucionar el problema de golpe, así que si las tropas punitivas no logran progresos en las próximas semanas, la intensidad de la batalla podría decaer. Aun así, esto se presentará como una increíble victoria: el retorno al proceso de paz. Hasta que la violencia vuelva a escalar.
En esta situación, la única posibilidad de la milicia es tratar de fortificar el área de Avdeevka, Peski y Opytniy y alejar la artillería ucraniana de la ciudad para el próximo “alto el fuego”. Mientras tanto, además de la artillería, la población ha recibido más noticias desagradables: la Fundación Akhmetov ha suspendido la entrega de ayuda humanitaria hasta que la situación se clarifique.
PD: una carta de un amigo de Donetsk: “me acaba de parar en Khartsyzk un comando conjunto de policía de tráfico y militares. Soldados conocidos dicen que hay grupos de sabotaje y reconocimiento en la ciudad. Disparan a los coches. Ocho cuerpos”.
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Pingback: El hábito de la guerra | SLAVYANGRAD.es - 23/12/2016