Artículo Original: Alexander Kots / Komsomolskaya Pravda
Ahora mismo se está produciendo un giro en el destino de Donbass, que por octavo año consecutivo vive en un estado de guerra. El hecho de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia haya publicado la correspondencia oficial con los ministerios de Alemania y Francia muestra la seriedad de la cuestión. Es algo que no ha ocurrido antes y ocurre porque Kiev ha decidido reescribir en su beneficio los acuerdos de Minsk, que de alguna manera mantienen el equilibrio en Donbass. Berlín y París, cansados de persuadir a Ucrania para que se comporte educadamente, están dispuestos a apoyar la perversión de los acuerdos de Minsk solo para dar carpetazo a la guerra en Donbass. Pero pueden conseguir lo contrario: un empeoramiento de la guerra.
Esta nueva postura de la diplomacia europea puede calificarse de “ambigüedad constructiva”. Cuando parece que se ha acordado algo, pero la otra parte, de repente, te mira y dice suavemente: “Bueno, ya sabes cómo es”. Dicen que sí, que saben que los acuerdos de Minsk claramente especifican que las partes en conflicto en Donbass son Kiev por una parte y Donetsk y Lugansk por otra, pero ya tú sabes…
La consecuencia es que Ucrania está intentando despedirse a la francesa, sin renunciar oficialmente a los acuerdos de Minsk. El asesor del presidente de Ucrania, Oleksiy Arestovich, ya afirmó recientemente que Kiev “se ha liberado de los acuerdos de Minsk” y que ya no tiene obligación de cumplirlos.
¿Cómo? La propuesta de ley “Sobre los fundamentos de la política estatal del periodo de transición” ya ha sido presentada al Parlamento de Ucrania. En ella se detallan los pasos de Kiev “tras el retorno” de Donbass (y también de Crimea). Y Europa está dispuesta a aceptar este “periodo de transición”. Aunque es improbable que Moscú vaya a aceptarlo. Por no hablar de Donbass.
¿Por qué? Por ejemplo, porque según esta ley Rusia se convierte en parte del conflicto en Donbass. “Esto, obviamente, es la retirada de Ucrania de los acuerdos de Minsk, aunque sea de facto, no de iure”, comentó Bogdan Bezpalko, miembro del Consejo de Relaciones Interétnicas dependiente de la presidencia. “Es decir, Kiev dice: sí, nuestra nueva ley sobre el periodo de transición contradice abiertamente los acuerdos de Minsk, pero no nos retiramos oficialmente de ellos, así que no pueden acusarnos de provocar una guerra. Por otra parte, legaliza la división de la población de Donbass en diferentes categorías, la introducción de destacamentos punitivos y otra represión. Tienen grandes fantasías en este sentido”.
¿Cómo sería esa “bonita Ucrania del futuro” en el “periodo de transición”? ¿Y cómo se vinculan a los acuerdos de Minsk, que fueron aprobados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas? Vayamos punto por punto.
- La ley claramente define a Rusia como parte del conflicto y la califica de agresor y ocupante. Es decir, un conflicto interno mágicamente se convierte en un conflicto internacional, lo que no solo contradice los acuerdos de Minsk, sino el Artículo 39 de la carta de Naciones Unidas: “El Consejo de Seguridad determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión”. Y el Consejo de Naciones Unidas no ha determinado nada de eso en el caso de Ucrania. Al mismo tiempo, Kiev obstinadamente califica a las autoridades de Donetsk y Lugansk como “administración de ocupación”, eliminándoles de la negociación, aunque el principio básico de los acuerdos de Minsk, conceder estatus especial a Donbass y garantizarlo en la Constitución, sea el principio básico de los acuerdos de Minsk.
- El habitual deseo de Ucrania de controlar la frontera, que quieren conseguir a cualquier precio. Aunque los acuerdos de Minsk prevean que este proceso solo se iniciará tras las elecciones en Donbass y será completado tras una completa resolución política. Y antes que eso, es necesario realizar la reforma constitucional que garantice la descentralización en Ucrania.
- ¿Qué quiere hacer Kiev en Donbass tras recuperar la frontera? La ley “sobre el periodo de transición contiene 8 puntos sobre todo tipo de actividades de inteligencia, contrainteligencia, acciones de investigación encubierta y la lucha contra el terrorismo. Hay que llegar hasta el noveno para ver una modesta referencia a la solución de problemas humanitarios. Lo principal, por supuesto, es la caza de brujas. La propuesta de ley hace que casi toda la población de Donbass pueda estar sujeta a persecución penal: profesores, trabajadores de los servicios comunales y de vivienda y otros ministerios y, por supuesto, los miembros de la milicia. Al fin y al cabo, han trabajado para la “administración de ocupación”. Aunque los acuerdos de Minsk claramente exigen “garantizar la amnistía a través de una ley que prohíba la persecución y castigo a personas en relación con los acontecimientos que han ocurrido en ciertas zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk de Ucrania”.
- Para “cuidar” a los ciudadanos de Donbass, Kiev pretende privar de sus pensiones a quienes cobren pensiones de otro país. Teniendo en cuenta que la RPD/RPL son “autoridades de ocupación”, la pensión que cobran es “rusa”. ¿Has trabajado toda la vida para Ucrania? Lo siento, es la ley. ¿No dicen los acuerdos de Minsk que hay que reanudar el pago de prestaciones sociales? Da igual.
- ¿Ya está solucionado el problema de los pensionistas? Es hora de establecer el Estado transicional, la administración civil-militar internacional, en la que los ciudadanos de la RPD/RPL no pueden participar.
- Se prevé también otra “revolución”: “el restablecimiento de la lengua ucraniana como lengua del Estado”. Pero esa es una de las principales razones por las que el este de Ucrania se rebeló en 2014. ¿Pero por qué le va a importar eso a nadie en Kiev?
- Y para responder a la cuestión de la fantasía. El “Museo de la Superación de la Agresión Rusa” se construirá en Kiev y sus filiales se abrirán, según la ley “sobre el periodo de transición”, en Donetsk y Lugansk (no se rían, pero también en Sebastopol y Simferópol). Se establece el segundo viernes de marzo como el “Día Nacional de Recuerdo a las Víctimas de la Agresión Armada de Rusia contra Ucrania”. Y cada localidad o distrito desocupado deberá celebrar el día en que se liberó el yugo ruso como una fecha memorable. Se usará dinero gratis (en Ucrania hay mucho de eso) para crear memoriales. Como en Kosovo, donde ahora hay monumentos a militantes albaneses a la vuelta de cada esquina.
“Ucrania se encuentra en un estado de precolapso económico y necesita hacer algo para llamar la atención o al menos para justificarse ante su población”, cree Bezpalko. “Pero es más probable que sea una orden política exterior. Porque Ucrania no es ni poderosa ni independiente, no trabaja por sus propios intereses sino que defiende exclusivamente los de Estados Unidos y Gran Bretaña. ¿Por qué retirarse de los acuerdos de Minsk, por qué aprobar una ley tan estúpida como la del “periodo de transición”? Si Zelensky simplemente lanza tropas a Donbass ahora, parecerá ante todo el mundo el agresor. Así que dirá: “hemos desarrollado una ley de liberación de nuestros territorios, que incluso Rusia reconoce como regiones especiales de Ucrania en los acuerdos de Minsk”.
La “ambigüedad constructiva”, en toda su gloria, que sorprendentemente ha sido apoyada por la Comisión de Venecia, que ha presentado una opinión positiva con reservas menores a la ley ucraniana. “Para vergüenza de la comisión”, afirmó Sergey Lavrov. “Si esta ley se aprueba, Kiev declarará con ello su retirada de los acuerdos de Minsk. Recuerden que los franceses y alemanes nos garantizaron a muy alto nivel que harían todo lo posible para impedir que esta ley fuera aprobada. Pero no han hecho nada desde entonces”.
Kiev, ya no hay duda, ha elegido la guerra. Pero las guerras no duran eternamente. E incluso Zelensky debería comprender que pueden dar lugar a unos acuerdos de paz en términos completamente diferentes: con la retirada de todos los batallones ucranianos de los territorios de las regiones de Donetsk y Lugansk con una investigación de los crímenes de las bandas neonazis en Donbass. Y llevando ante la justicia a todos aquellos que dispararon contra la población en Maidan, quemaron vivas a esas personas en Odessa y asesinaron a civiles en Donbass. Y quizá esa investigación será conducida bajo el estricto control de la administración civil-militar de transición de la ciudad de Kiev.
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