Artículo Original: Antifashist
En Ucrania les gusta prohibir cosas últimamente. Canales de televisión, símbolos de la victoria contra el fascismo o la lengua rusa. Y a enemigos y espías. No importa que se haga sin prueba alguna, lo importante es que, si el presidente de Ucrania y quienes le asesoran dicen que una persona es un enemigo, lo es.
Zelensky ha vuelto a firmar un decreto que, en esta ocasión sanciona a 674 personas que amenazan la seguridad nacional de Ucrania. Con ello ha oficializado la decisión del 14 de mayo de 2021 del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional “sobre la aplicación de medidas económicas especiales y otras medidas restrictivas (sanciones)”. El texto del decreto Número 203/2021 fue publicado en la web del presidente de Ucrania el 21 de mayo.
La lista de enemigos de Ucrania sujetos a sanciones incluye a los presidentes de la RPD y la RPL, Denis Pushilin y Leonid Pasechnik respectivamente, así como al líder de Crimea Sergey Aksenov. Parece que, para enfatizar lo insignificantes que considera a estos enemigos, aparecen junto a criminales como Polikarp Dzhanelidze, Andriy Nedzelsky y otros muchos.
Pero el presidente Zelensky no se ha limitado a personas. La nueva lista de sanciones también incluye a entidades: 137 compañías. En primer lugar, están las televisiones rusas NTV, El Primer Canal y Rossiya Segodnya, que han sido prohibidas. Como también el servicio de Yandex. Sin embargo, el presidente ucraniano aún no ha prohibido internet, posiblemente porque es americano. Pero puede que tenga que prohibirlo, ya que ahí se puede esquivar las prohibiciones y ver los canales de televisión rusos, que llegan al corazón.
El documento afirma que las sanciones se implementarán de acuerdo con el Artículo 107 de la Constitución de Ucrania. Sin embargo, ese artículo no dice nada de los enemigos de Ucrania, de las formas de determinar quiénes son, ni bajo qué decisiones de los tribunales pueden aplicarse sanciones contra personas físicas y jurídicas. El artículo simplemente describe la regulación del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, que “es la institución que coordina las cuestiones de seguridad nacional y defensa bajo el presidente de Ucrania”. Es decir, coordina, pero no determina nada.
Se ha impuesto también una prohibición completamente inoperante por parte de la “oficina de la Fiscalía de la República Autónoma de Crimea y Sebastopol”, que existe solo en la imaginación de los empleados de esa estructura y de los oficiales de la Oficina del Presidente de Ucrania. Como siempre, tras realizar una investigación virtual, esta fiscalía imaginaria ha prohibido -también virtualmente- que las empresas Siemens AG y Grundfos AG, que supuestamente están infringiendo las sanciones de la Unión Europea, suministren material a Crimea. El equipamiento se ha entregado a Crimea, pero la “Fiscalía de la República Autónoma de Crimea y Sebastopol”, cuyas oficinas están situadas en Kiev, ha prohibido esas entregas.
Es más, los fiscales de Crimea han abierto causas penales por las entregas de equipamiento de compañías europeas a Crimea. Por supuesto, el castigo de esta oficina imaginaria será también imaginario. Teniendo en cuenta que se trata de una infracción por entrar y salir de los “territorios temporalmente ocupados de Ucrania” para dañar los intereses del Estado, el crimen puede suponer una pena de hasta tres años de prisión. Pero los representantes de Siemens y Grundfos en Europa cumplirán esa pena en una prisión imaginaria que los especialistas de estas empresas podrán crear en internet. Ya que en Ucrania es todo tan estricto.
Mientras las autoridades ucranianas juegan a prohibiciones virtuales, que parecen un juego de rol entre personas aburridas por sus rutinarias vidas, el mundo sigue girando con normalidad para la gente corriente. Por ejemplo, el 29 de junio de 2018, las autoridades rusas anunciaron las primeras pruebas de las turbinas alemanas de Siemens instaladas en Crimea desafiando las sanciones de la Unión Europea. Así lo confirmó la agencia Reuters. En aquel momento, por algún motivo, ningún país se puso nervioso. Pero ahora hay nervios y prohibiciones.
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