Artículo Original: Izvestia
El hecho de que se haya producido una reunión de los asesores de los líderes del formato Normandía sugiere que el proceso de Minsk para la resolución del conflicto en Donbass continúa y que las partes, aunque con dificultades, siguen buscando un compromiso. Así lo han expresado expertos consultados por Izvestia, que apuntan que, en el contexto de otro empeoramiento en el este de Ucrania, es una buena señal. Sin embargo, como afirmó el representante de la Federación Rusa en estas conversaciones, Dmitry Kozak, la reunión no ha dado ningún avance y ni siquiera se ha discutido una posible cumbre con la participación de los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania. Al mismo tiempo, la parte ucraniana ha afirmado que los acuerdos de Minsk no pueden implementarse y que la salida debe buscarse en el formato Normandía.
El 11 de septiembre se produjo la reunión de asesores políticos del formato Normandía en Berlín, donde una vez más se discutió la resolución del conflicto en Donbass. Las conversaciones se prolongaron durante cuatro horas. Inicialmente, la reunión debía haberse celebrado el 28 de agosto, pero, según afirmó Kiev, fue pospuesta a causa de un viaje de trabajo del representante francés. En Moscú se explicó de otra manera: los participantes no habían acordado un borrador de documento final. La reunión anterior se había celebrado el 3 de julio en Berlín y, como afirmó el representante de la Federación Rusa, también terminó sin grandes avances.
Alemania, Francia, Rusia y Ucrania han acudido más preparados a esta reunión. Según Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente ruso, las partes habían “fijado e iniciado” la agenda de antemano y los homólogos europeos y ucranianos habían cumplido los requisitos de Dmitry Kozak de presentar sus propuestas para el borrador del documento final. El representante ruso expresó su esperanza de que, en esta ocasión, los negociadores de los consejos políticos llegaran a algún resultado tangible.
Sin embargo, como admitió Kozak más adelante, no ha sido posible conseguir tal progreso y la única noticia positiva es que las partes han acordado seguir observando el alto el fuego. “La cuestión clave, la cuestión fundamental es si se va a seguir trabajando en el Grupo de Contacto y en el formato Normandía en una solución basada en los acuerdos de Minsk o si va a haber una desviación de los acuerdos de Minsk”, afirmó Kozak ante los periodistas, cunado llamó la atención al hecho de que las autoridades ucranianas públicamente hablan de revisar los acuerdos.
A juzgar por las declaraciones de Kiev, la parte ucraniana tenía grandes esperanzas puestas en esta reunión: suponía que el resultado de las negociaciones iba a determinar cuándo se va a producir la próxima cumbre de líderes del formato Normandía. Sin embargo, Kozak negó esas perspectivas tras los contactos de París: ni siquiera se discutió una nueva cumbre de Normandía.
La parte rusa sigue siendo escéptica ante la posibilidad de celebrar otra cumbre. Moscú considera necesario que, antes de que se celebre una nueva cumbre, se hayan implementado todos los puntos acordados por los líderes en diciembre de 2019 en París. En primer lugar están las enmiendas a la Constitución ucraniana según la “fórmula Steinmeier” (garantizar el estatus especial para Donbass en primer lugar, después celebrar elecciones allí y solo entonces devolver el control de la frontera a Ucrania), así como el alto el fuego completo y la retirada de tropas en nuevas zonas.
En Berlín volvió a tratarse la cuestión. Como afirmó el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas en las conversaciones con su homólogo ucraniano el 24 de agosto, una nueva cumbre de ministros de Asuntos Exteriores deberá “no repetir lo que ya se hizo en la cumbre de París sino hablar de cómo esos puntos están siendo implementados”.
Hasta la fecha, Kiev y las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk han intercambiado prisioneros y han acordado medidas adicionales para garantizar el alto el fuego. El presidente ucraniano considera una gran victoria la introducción de esas medidas adicionales, acordadas el 22 de julio [aunque durante meses, sus delegados se negaron a aceptar esa idea, propuesta repetidamente por Donetsk, Lugansk y Moscú-Ed].
Según algunos expertos, el hecho de que la conversación continúe en las actuales condiciones es signo de que el proceso de Minsk sigue vivo. “Como aspecto técnico, estas reuniones apenas se notan cuando se celebran regularmente, solo es significativo cuando se detienen”, afirmó Kiril Koktysh, profesor asociado del departamento de teoría política del Instituto Internacional de Relaciones Internacionales de Moscú. “Es evidente que los contactos continúan, así que al menos hay un proceso en marcha. No se esperan grandes avances, pero el proceso de Minsk continúa y, en estas circunstancias, eso ya es buena señal”.
Mientras tanto, en la línea de contacto, la situación tampoco muestra signos de grandes avances en las negociaciones del Grupo de Contacto y la situación empeora. Por ejemplo, poco antes de la reunión de París, se registró actividad de construcción de fortificaciones ucranianas cerca de la localidad de Shumy en Donbass. Para impedir la reanudación de los bombardeos, las partes decidieron realizar una reunión extraordinaria del Grupo de Contacto, en la que participó Dmitry Kozak. En dicha reunión se acordó una inspección conjunta en la que participarían Kiev y Donbass junto con la OSCE.
Sin embargo, el 10 de septiembre no se produjo dicha inspección. Según afirmó el representante ruso en el Grupo de Contacto, Boris Gryzlov, la parte ucraniana impidió que se realizara. En Kiev, por el contrario, culparon al otro lado, afirmado que sus exigencias lo habían hecho “obviamente imposible”.
El mismo día de la reunión de Berlín, el líder de la delegación ucraniana en el Grupo de Contacto, Leonid Kravchuk, afirmó que no es realista implementar los acuerdos de Minsk “porque cuando se firmaron, ya estaba claro que no iban a ser implementados”. “Dirigidos por Poroshenko, escribieron una cosa y ahora exigen otra. Y quienes redactaron y firmaron eso nos recuerdan que hay unos acuerdos internacionales y que se tienen que cumplir. Actualmente estamos en una situación bastante difícil: hay unos acuerdos de Minsk, pero, por motivos evidentes, no se pueden implementar”, afirmó. “Según el derecho internacional, tales acuerdos no pueden ser cancelados unilateralmente por una de las partes, por lo que es necesario buscar una salida en el formato Normandía”, añadió Kravchuk.
“La negativa a realizar esa inspección muestra que, en cuanto hay un poco de histeria por parte del partido de la guerra, la Oficina del Presidente Zelensky se niega a cualquier compromiso”, afirmó a Izvestia el director del Centro de Análisis Político y Conflictos de Kiev Mijaíl Pogrebinsky. En su opinión, el debate sobre el alto el fuego no debería ser objeto para las negociaciones a nivel de asesores políticos, hay un grupo de contacto para ello. Debe de haber algo más que la parte ucraniana pretendía conseguir y por lo que fue a la reunión de Berlín, aunque, según el experto, es improbable que de dé a conocer al gran público.
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