Como ha denunciado Eduard Dolinsky, presidente del Comité Judío Ucraniano y uno de los más duros críticos del revisionismo a la hora de blanquear la historia del país y de sus nuevos héroes, una región de la parte occidental de Ucrania ha mostrado un ejemplo claro del antisemitismo presente en el nacionalismo radical ucraniano que domina esa zona. En un episodio que, sin duda, va a tratar de cubrirse alegando que se trata de una provocación o un error que no representa al país -y no lo representa, aunque es indudable que el antisemitismo ha sido históricamente una de las características del nacionalismo ahora exaltado por las autoridades-, la policía de una localidad de Galizia ha exigido datos personales de la población judía local.
Artículo Original: Antifashist
El presidente del Comité Judío Ucraniano, Eduard Dolinsky, ha denunciado que el Departamento de Investigación Estratégica de la policía regional de Ivano-Frankivsk ha solicitado al líder de la comunidad judía de Kolomya, Yakov Zalischiker, una lista de los estudiantes judíos y de los miembros de la sinagoga local.
Según las fuerzas de seguridad, dichas listas son necesarias en su intento de reforzar la lucha contra los grupos étnicos e internacionales de crimen organizado. La policía afirma que los grupos criminales judíos campan a sus anchas en Galizia y es necesario poner freno al crimen étnico. Como parte de esta lucha, la comunidad judía debe entregar a la policía “una copia del censo, una lista de miembros de la comunidad junto a sus números de teléfono y una lista de estudiantes de etnia judía que estudian en las instituciones de educación superior en Kolomya”.
“En la siguiente carta, pedirán que cojáis vuestros objetos de valor y acudáis al estadio”, respondió el diputado Max Bujansky.
“Se está acercando el día en que la estrella de seis puntas aparezca pintada en los apartamentos en los que viven los judíos”, añadió el compositor Vladimir Zhorunjy.
“Para aquellos que no estén al tanto del tema: Kolomya tiene el honor de tener el título extraoficial de capital ucraniana del pogromo. Allí, este negocio se lleva practicando desde los Haidamakis. Como se suele decir, las manos tienen memoria propia”, comentó el periodista de Odessa Yury Tkatchev.
El líder de la comunidad ha enviado la respuesta al Departamento de Investigación, afirmando que el censo es propiedad del Estado y que las comunidades religiosas están diferenciadas del Estado. Así que los datos personales de la comunidad solo pueden entregarse a las fuerzas de seguridad en caso de una causa penal oficialmente registrada.
Hay que recordar que, en 1941, los Nazis y la policía auxiliar ucraniana también exigieron un listado de judíos. Las analogías son evidentes. Por cierto, hace no mucho tiempo, el alcalde de Ivano-Frankivsk protagonizó un escándalo a raíz del trato racista hacia la población romaní. El alcalde exigió que toda la población romaní fuera trasladada a Transcarpatia y después preguntó abiertamente: “¿Qué hacen todavía aquí?”
“Parece que las autoridades locales de Ucrania occidental han olvidado que estamos en 2020, no en 1941, comentó el presidente del Comité Judío Ucraniano. Eduard Dolinsky teme la posibilidad de pogromos y habitualmente publica información sobre cómo el antisemitismo aumenta en las regiones del oeste de Ucrania. “Yury Ostrovsky, director del despacho de abogados Ostrovsky y Asociados, ha escrito que los judíos y moskalis nos han destruido desde el siglo XVII hasta el presente y Hitler desde el 41 hasta el 45. No hubo victoria sino tristeza”.
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