Sin avances significativos en la negociación política

Original: Colonel Cassad

Una foto que lo explica casi todo.

Lavrov: Moscú quiere que Donbass siga siendo parte de Ucrania

Rusia es la única parte del conflicto que trata de mantener a Donbass como parte de Ucrania, pero esto solo puede ocurrir en el caso de que se resuelva el conflicto en el este del país. Así, al menos, lo cree el ministro de Exteriores ruso Sergei Lavrov. “Somos los únicos que trabajamos hacia el objetivo de mantener Donbass en Ucrania, insistiendo en cumplir con los compromisos de los que hablé antes: la reforma constitucional que incluya a todas las regiones y opciones políticas del país”, ha declarado Lavrov según Interfax a la pregunta de si Moscú sigue comprometido a resolver el conflicto de Donbass.

El ministro de Exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier recuerda el incumplimiento de las provisiones del Protocolo de Minsk, aunque es optimista en relación a la posible nueva ronda de negociaciones. Berlín espera que se celebre una nueva reunión del grupo de contacto antes del final de la semana. Así lo afirmó el ministro de Exteriores Steinmeier tras una reunión del grupo de “Amigos de Ucrania” en Bruselas según informa “Deutsche Welle”.

“Las actuales negociaciones sobre la línea de demarcación están bien, pero sería mejor celebrar otra reunión del grupo de contacto que diera lugar a una nueva ronda de acuerdos antes de Navidad. Veremos si ocurre la próxima semana”. Además, Steinmaier añadió: “Aún no se puede hablar de ningún avance considerable en cuanto al cumplimiento de las provisiones del Protocolo de Minsk. Este protocolo es el único documento que claramente expone las obligaciones de cada una de las partes.  Durante las reuniones en Kiev y Moscú, he tratado de preservar las posibilidades que creó el Protocolo de Minsk y he intentado aportar ideas sobre cómo implementar ciertas medidas en el marco del acuerdo”, insistió Steinmeier.

Lo que ocurre ahora mismo es exactamente lo que parece: el deseo de encontrar un compromiso no da frutos porque Kiev ya ha rechazado considerar cualquier tipo de reforma constitucional que puedan llevar a la federalización, lo que supone que Donbass no puede reincorporarse a Ucrania en los términos de Moscú. Lavrov habla aquí de algo que se encuentra fuera de la realidad política actual. Los comentarios de Steinmeier sobre la falta de progresos en la implementación de los acuerdos de Minsk muestra el alcance de los problemas a los que se enfrenta Europa en su intento de huir de la guerra que Estados Unidos ha instigado en Ucrania. Obviamente, Rusia ha rechazado capitular (algo que sí era posible antes de la cumbre de Milán) y, pese a que muchos esperaban que el conflicto se hubiera resuelto antes de final de año, el conflicto se ha prolongado de forma sustancial, lo que afectará a Rusia, pero también a Europa. De ahí los frenéticos intentos de Steinmeier de agarrarse a las “nuevas esperanzas”.

En respuesta a la presión de Occidente en relación al futuro de Crimea, Lavrov amenazó con la posibilidad de desplegar armas nucleares en la península. Esto es posible ya que era el Memorándum de Budapest, que en la práctica ha quedado invalidado por el golpe de Estado en Kiev, el que garantizaba el estatus no-nuclear de Crimea. La península forma ahora parte de Rusia, que sin grandes dificultades podría desplegar sistemas terrestres o armas estratégicas con capacidad nuclear. Este requeriría ligeros cambios y modificaciones en la infraestructura, pero se puede realizar sin grandes problemas y sería una forma de recordar a Estados Unidos que cualquier amenaza militar a Crimea podría derivar en un conflicto nuclear. La última vez que esto se mencionó fue en abril, cuando la televisión estatal sacó el tema de la guerra nuclear.

En general los oponentes siguen tanteando el campo de juego que una vez fue Ucrania, intercambiando amenazas. Estados Unidos desarrolla otra nueva ola de sanciones contra Rusia y el Congreso ya ha aprobado la “Ley de Apoyo a la Libertad de Ucrania 2014” (Ukraine Freedom Support Act of 2014). La administración Obama prepara los nuevos pasos en su política anti-rusa.

El Congreso de Estados Unidos da vía libre para nuevas sanciones contra Rusia

El Congreso de Estados Unidos ha aprobado, según informó la cuenta de Twitter del Senado, la Ley de Apoyo a la Libertad de Ucrania 2014. Según este documento, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, puede introducir nuevas sanciones contra las compañías rusas “Gazprom” y “Rosoboronexport”, además de suministrar a Kiev con apoyo militar por valor de $350 millones. Obama debe firmar el documento antes de final de año o tendrá que volver a aprobarse en el Congreso el año próximo. El representante del Ministerio de Exteriores ruso Aleksandr Lukashevich calificó el documento como beligerante y recordó que mina las relaciones entre ambos países, según recoge la agencia rusa Tass.

El documento recomienda al presidente la introducción de sanciones contra Gazprom si la compañía limita el suministro de gas a países miembros de la OTAN, Ucrania, Georgia o Moldavia. Si Rusia despliega equipamiento militar en otros países “sin el consentimiento de su gobierno reconocido a nivel internacional” (en referencia a la cooperación militar entre Moscú y las repúblicas no reconocidas de Osetia del Sur y Abjasia y también al despliegue de equipamiento militar en Crimea), Obama puede introducir sanciones contra “Rosoboronexport”. La Ley permite limitar la inversión de compañías privadas en los sectores rusos de hidrocarburos y energía. Levantar estas sanciones requiere de la aprobación del Congreso, mientras que las actuales sanciones han sido impuestas directamente por el presidente, que tiene también la potestad de levantarlas directamente.

La versión inicial de la ley designaba a Ucrania, Georgia y Moldavia como “aliados preferentes no miembros de la OTAN”, pero el documento recientemente aprobado carece de esa cláusula. Sí contiene, en cambio, la previsión de suministrar al ejército de Ucrania con equipamiento militar letal y no letal, como armas anti-tanque, radares de artillería y munición, por valor de $350 millones. Se asignarán otros $20 millones para apoyar las instituciones democráticas en Rusia y desarrollar programas en lengua rusa en los medios de comunicación estadounidenses. Se planea un aumento en la programación de “La Voz de América” y “Radio Libertad” en las repúblicas de la antigua Unión Soviética para contrarrestar la propaganda rusa.

El principal problema de Obama es la reticencia europea a involucrarse activamente en el conflicto, lo que complica la tarea de imponer sanciones consolidadas y fuerza a Estados Unidos a perder el tiempo coordinando sus acciones con Bruselas y con el sector empresarial europeo.

En general, la situación sigue siendo incierta, con las partes dispuestas a no ceder en puntos clave, por lo que la retórica amenazante continúa.