Entrada actual
Alto el fuego, Dinamarca, Estados Unidos, Minsk, Rusia, Ucrania

Retos y amenazas

“Si no hay progreso en el alto el fuego antes del final de esta semana, se reforzarán las sanciones contra Rusia y afectarán a los mercados de energía y financieros”, afirmó ayer el recién elegido canciller alemán Friedrich Merz. Su declaración es llamativa por un doble motivo. En primer lugar, la fecha límite para que Rusia aceptara incondicionalmente la tregua de 30 días que le ofrece Ucrania y con la que Kiev y sus aliados europeos ganarían un tiempo hasta tener que enfrentarse a la temida diplomacia acababa teóricamente el mismo lunes. “Macron, Starmer, Merz y Tusk estuvieron en Kiev este sábado. Nos explicaron que habían puesto un ultimátum **irrevocable**: alto el fuego antes del lunes 12”, escribía ayer, notablemente contrariado Alberto Sicilia, corresponsal de La Sexta, que criticaba el “silencio total en las cancillerías”, asumía que “Europa ha hecho el ridículo” y sentenciaba que “o pones un ultimátum y lo cumples. O no lo pongas. Pero poner ultimatums (sic) y no cumplirlos, lo único que te hace es perder credibilidad”. En realidad, según apuntaba ayer Bloombergk, los países europeos esperan a que sea Trump quien imponga sanciones si Rusia no acepta negociar de la forma en que los países europeos lo exigen. La autonomía estratégica de la UE y sus aliados británicos es esperar a que Estados Unidos ponga en marcha las medidas que desean.

Por otra parte, Merz amenaza a Rusia con sanciones que ya están siendo aplicadas y que de ninguna manera van a dejar de imponerse haya o no alto el fuego. Al igual que ocurriera durante los tiempos de Minsk, el levantamiento de las sanciones contra Rusia siempre es algo que solo puede imaginarse a largo o muy largo plazo. Solo hay que revisar la contrapropuesta europea y ucraniana a la oferta final de Estados Unidos en su parte referida a las sanciones. Ayer, la UE anunció su más reciente paquete de sanciones contra Rusia.

Su rebaja sería uno de los principales alicientes que pudiera ofrecerse a Rusia para acudir a la mesa de negociación pese a encontrarse en una posición de fuerza en el frente. Sin embargo, ese escenario es una de las líneas rojas de países como Francia, Alemania y Reino Unido, que en su respuesta a la Casa Blanca proponen un levantamiento progresivo y futuro, no inmediato, solo de las sanciones de Estados Unidos. Las sanciones europeas, entre las que se encuentra la desconexión de Rusia del sistema internacional de pago SWIFT -el aspecto claramente más importante de todos los que se han introducido en los diecisiete paquetes de sanciones europeos-, ni siquiera aparecen mencionadas en el documento, por lo que se puede deducir que no hay ningún plan de eliminar ninguna medida coercitiva europea contra Rusia. Es más, la Unión Europea, que increíblemente se plantea sancionar al consorcio del Nord Stream-2, no solo no está pensando en reducir sanciones, sino en aumentarlas. Bruselas prepara, por ejemplo, la legislación para prohibir la adquisición de gas ruso.

“No se debe tener miedo a nuevas sanciones, pero hay que estar preparado para cualquier cosa”, afirmó ayer Vladimir Putin en referencia a las medidas económicas contra Rusia que, según el líder ruso, los países europeos imponen “en su propio detrimento”. El miedo fue también el principal argumento del filosófico mensaje publicado por Mijailo Podolyak, que ayer, desde un país que lleva más de diez años en guerra, pagando créditos con más créditos y que actualmente es financiado desde el exterior para su supervivencia, se refería a las “ruinas de la Federación Rusa”. Comparando a Vladimir Putin con “el paranoico Stalin”, el asesor de Andriy Ermak afirma que al líder bolchevique al menos “se le atribuyó la industrialización y la toma de Berlín”. Sin molestarse en recordar el estado de la Federación Rusa al final de la presidencia de Yeltsin, el oficial ucraniano menciona “el lanzamiento de Vkontakte y las guerras genocidas contra las más pequeñas Georgia y Ucrania”.

Podolyak, que en ningún momento ha criticado, por ejemplo, la actuación israelí en Gaza, califica de genocidas la guerra de ocho días de 2008 en Georgia -en la que incluso la Unión Europea otorga parte de la culpa a Mijaíl Saakashvili- y la de Ucrania, que pone al mismo nivel. Todo, según Podolyak, esta guiado por los temores de Vladimir Putin. “Los futuros investigadores se sorprenderán al descubrir hasta qué punto la política rusa de las últimas décadas ha estado determinada por los temores personales del líder. La Revolución Naranja, los virus, Navalny, el envejecimiento, la rusofobia (resultado de la rudeza y arrogancia global de Rusia), los medios independientes, Prigozhin, los falsos viajes al frente… Parece que la lista podría ampliarse para incluir las iniciativas duras y directas de Vladímir [curiosamente, Podolyak no escribe Volodymyr, como suele escribirse el nombre del presidente ucraniano-Ed] Zelensky.  ¿Cuánto hay que temer una conversación directa con el líder ucraniano sobre un tema difícil para optar por continuar la sangrienta guerra?”, escribió.

Todo el discurso ucraniano y europeo gira actualmente alrededor de la reunión del jueves en Turquía convocada por el presidente ruso, pero contraprogramada por su homólogo ucraniano. “Creo que se harán cambios en la decisión del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional”, afirmó ayer en una entrevista televisiva Mijailo Podolyak. “Si vamos a entrar a firmar algún documento legalmente verificado, creo que entonces será apropiado que se hagan ajustes legales”, añadió en referencia al decreto según el cual es teóricamente ilegal negociar con la administración de Vladimir Putin. De las palabras del asesor de Andriy Ermak puede entenderse que Ucrania derogaría el decreto, no esta semana para comenzar unas negociaciones que Ucrania no quiere, pero a las que ahora exige que se presente el líder ruso, sino en caso de que fuera a firmarse algún tipo de acuerdo o tratado. Aun así, como insistió ayer Podolyak, “no será una reunión presidencial si Putin aparece”. En otras palabras, Ucrania, que prohibió en 2022 negociar con Vladimir Putin, exige que el presidente ruso se presente en Turquía el jueves para que su homólogo ucraniano pueda escenificar un nuevo episodio de la política espectáculo que le caracteriza. En cualquier caso, precisó ayer Zelensky haciendo propia una de las máximas de Donald Trump, el decreto no afecta al presidente y es, además, un motivo ideal para exigir más sanciones. “Volodymyr Zelensky exige las sanciones occidentales “más fuertes” de la historia si Putin rechaza la reunión”, titulaba ayer por la tarde AFP. “No puede negociar con Putin nadie más que yo”, afirmó Zelensky, “y no me he prohibido a mí mismo nada”. En una de sus películas este giro de guion habría resultado difícil de creer.

Persiste, sin embargo, la duda de para qué desea Ucrania la presencia de Vladimir Putin teniendo en cuenta que la exigencia ucraniana para que comience la diplomacia sigue siendo la misma. “Ucrania está lista para cualquier formato de negociaciones, pero el primer paso y el más importante es un alto el fuego. Es imposible hablar de paz cuando nuestras ciudades son atacadas diariamente por misiles y drones”, escribió otra vez ayer Andriy Ermak, repitiendo su mensaje de los días anteriores y cuando incluso los actores más reacios han pasado página y han apostado por exigir la reunión en lugar del alto el fuego.

Fracasado su ultimátum del fin de semana pasado, desactivado con pericia por la maniobra rusa de ofrecer negociaciones inmediatas, los países europeos se han unido al coro de voces que exigen que Vladimir Putin acuda obligatoriamente a una mesa diplomática que ellos mismos rechazan. De la misma manera que no deseaban un alto el fuego sino una tregua parcial que solo perjudicara a Rusia, pero se convirtieron rápidamente en sus mejores fans en el momento en el que Rusia rechazó la medida “incondicional”, los mismos países que exigían semanas de silencio antes de plantearse la apertura del diálogo exigen ahora que la delegación rusa sea encabezada por Vladimir Putin, cuya ausencia sería, según Zelensky, una muestra de miedo al líder ucraniano y según Ermak, signo de que Rusia no quiere la paz. A 24 horas del supuesto inicio de la reunión, crece la presión de los países europeos a Vladimir Putin para que se presente en un escenario que abiertamente se presenta como una encerrona y en la que las intenciones de Zelensky distan mucho de ser las de negociar.

“Ahora todo depende de Putin, si aceptará o no la oferta de negociación”, afirmó Merz en relación a la negociación propuesta por el propio Vladimir Putin, “y aceptará el alto el fuego. La pelota está completamente en su tejado”, sentenció recuperando la misma idea que las capitales europeas utilizaron en marzo cuando se vieron obligadas por Estados Unidos a defender la idea del alto el fuego de 30 días que Ucrania había rechazado hasta ese mismo día. Todo indica que Ucrania y sus aliados continentales han encontrado su forma de sabotear unas negociaciones que no desean, pero en las que han de parecer la parte más activa.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Reportes del frente archivados.

Registro

Follow SLAVYANGRAD.es on WordPress.com

Ingresa tu correo electrónico para seguir este Blog y recibir notificaciones de nuevas noticias.

Únete a otros 2.260 suscriptores

Estadísticas del Blog

  • 2.503.191 hits