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Las milicias de Donbass durante la tregua

Artículo Original: Novorosinform 

w644h387La situación no ha cambiado en exceso a lo largo del último mes en lo que se refiere a la dinámica de las hostilidades. Se dan enfrentamientos de baja intensidad en todos los sectores remotos del frente, donde llegan observadores europeos o pacificadores rusos (la mayor parte se encuentran en Bajmutka y en la zona de Mariupol). En las zonas en las que hay observadores o pacificadores no se utilizan las armas ni siquiera para responder a provocaciones del enemigo. Hay orden estricta a los comandantes (bajo amenaza de encarcelamiento en caso de desobedecer) de no disparar desde nuestro lado. Esto ha llevado a situaciones absurdas, como el caso en el que un soldado de la RPL disparó su arma en un puesto de control como respuesta al bombardeo del enemigo y fue interrogado: “¿Con qué permiso disparó su arma contra un oficial ucraniano?” El chico no lo podía creer: “Estamos en guerra”. Y le respondieron: “Llevamos un tiempo en paz, parece que sus comandantes no le informaron”.

En la mayor parte de sectores, el armamento pesado ha sido retirado y en algunas zonas se ha retirado también armamento de calibre inferior a 100mm. En otras zonas, comandantes y soldados manipulan el armamento (no especificaré más) para evitar las órdenes y poder defenderse en caso de un ataque imprevisto del enemigo. En cuanto al voentorg [llegada de equipamiento militar a través de la frontera], hay dos variantes. Existen sectores en los que se ha retirado a los turistas y el equipamiento, mientras que en otros se ha reforzado. Es decir, se ha mantenido una red de seguridad en zonas en las que se podría esperar complicaciones en caso de ataques del enemigo.

Esa es una de las razones por las que el análisis de la situación que realizan los milicianos está a veces tan alejado del de los observadores. En algunas zonas del  frente, todo el equipamiento ha sido retirado, no hay “viento del norte”, el suministro es escaso y el comando impide disparar un solo tiro contra el enemigo (el argumento de “tenemos paz” sienta especialmente mal cuando se sufren bombardeos regulares). Ahí está la razón del descontento y de los sentimientos negativos tanto del ejército como de las autoridades políticas. En otras zonas del frente, el suministro es mejor y el voentorg funciona con normalidad y parte del armamento se mantiene en la línea del frente. Ahí, por supuesto, los soldados siguen optimistas y no se sienten abandonados.

Si hablamos de las ventajas del “alto el fuego”, hay que hablar de la reparación del equipamiento (prácticamente todo ha sido reparado) y las constantes maniobras que ayudan a mejorar las capacidades militares de los soldados. Esto sugiere que el comando no está pensando en “abandonar”. Hay un suministro considerable de carburante (llegado de Rusia) y la milicia, como mínimo, puede estar preparada para repeler cualquier ataque del enemigo. Pero el enemigo tampoco espera sentado: nuestra inteligencia informa de los intensos ejercicios y maniobras que poco tienen que ver son “una resolución pacífica al conflicto”. Todas las armas y tropas que se desplegaron en el periodo de fuertes bombardeos a mediados de agosto siguen en su lugar y solo se realizan rotaciones del personal que se encuentra destinado en los campos. Además, en algunas zonas (al sur de la RPD), el enemigo ha designado nuevas “zonas neutrales” que resultan ser posiciones ventajosas.

También hay ciertas desventajas del “alto el fuego”. Las maniobras son buenas y es el camino correcto, pero hay menos soldados motivados y comprometidos que el año pasado. En términos de la construcción del ejército, se manifiestan también los peores aspectos de la burocracia rusa, principalmente porque los turistas, que no son los mejores de este negocio, supervisan el proceso. Muchos de ellos están ahí solo como enlace. No es la mejor opción cuando se necesita a los especialistas más cualificados en el frente. Pese a su alto rango y su teórico conocimiento, es preferible cualquier miliciano con más de un año de experiencia real en operaciones de combate.

Todos los comandantes de la milicia se quejan, sin excepción, del terrible papeleo y las dimisiones por cualquier causa mínima. El intento de unificar y regular el ejército llega hasta el absurdo. Por ejemplo, el comando exige que todos los soldados vistan los mismos uniformes, aunque no hay suficientes uniformes. Exigen que los soldados se afeiten, hace poco se produjo un conflicto por este tema. El 80% de los soldados llevaban barba y eran “chicos viejos” (que llevan más de un año en la guerra). Estaban siendo apartados de sus puestos y se marchaban –“luchad aquí vosotros mismos”– por negarse a cumplir la orden. Después de eso, el comando retiró la orden. Muchos chicos, especialmente algunos de esos “viejos” evitan pasar por el cuartel por esas razones, incluso evitan las rotaciones en las posiciones del frente y prefieren estar “libres” en el campo de batalla, donde no se sienten observados por los altos cargos.

En cuanto a las insignias de Novorrusia, ha habido discusiones sobre este tema y también casos de presión. Dicen que no es posible lucirlas, que tenemos las de la RPD, no las de Novorrusia. En las zonas en las que los milicianos son más conciliadores, se han retirado las insignias, pero en otras zonas ha ocurrido lo mismo que en el caso de los “barbudos”. Un comandante comentó que se enfrentó a las autoridades de una forma un tanto grosera: “Yo luché por Novorrusia, no sé qué es la RPD”. Estos episodios prueban que la milicia no es un grupo que se rinde ante cualquier orden. Y si se presenta la idea de ceder, es improbable que sean capaces de convencer a miles de hombres armados que han derramado su sangre por defender su tierra.

Otra desventaja del “alto el fuego” es que ucranianos que eran parte de la burocracia, las agencias de la ley o la fiscalía comienzan a regresar al territorio de la RPD y la RPL. No solo regresan a sus casas, sino que regresan a sus puestos de antes de la guerra. Aunque en general se comportan de forma adecuada, hay casos en los que tratan de forzar la máquina repitiendo cosas como que “esto es Ucrania”. Otro signo preocupante es el retorno de criminales que vuelven también a sus puestos anteriores a la guerra. Es una queja, por ejemplo, en Donetsk, Yenakievo, Alchevsk (que ha sufrido desde la muerte de Mozgovoy). En la RPD, también los burócratas de Akhmetov tratan de volver a las oficinas regionales, lo que molesta a la población que ve cierta ucranización de la región.

El suministro para las milicias ha mejorado en comparación con el pasado otoño, aunque sigue habiendo dos grandes problemas. El primero es que se limita fundamentalmente a elementos comunes como uniformes y calzado. Se adquiere ese equipamiento (y los fondos) mensualmente, aunque realmente no se suministran otros elementos necesarios en tiempos de guerra, por no mencionar objetos para la visibilidad o drones. Como antes, la comunicación sigue siendo problemática, tanto con el personal experimentado como entre la milicia.

El segundo problema es la diferencia entre la teoría y la vida real. Por ejemplo, el año pasado se destinaron 300 chalecos por batallón, que deberían servir para tres años, o 300 uniformes al año. Puede que esa norma sea válida para un ejército en tiempos de paz o para oficiales y guardas, pero aquí la situación es incomparable: tras un año de combates de diferente intensidad (incluyendo también las condiciones de la estepa), los uniformes se desgastan rápidamente, una buena cantidad de soldados han muerto, otros han desertado (llevándose los uniformes) y otros han llegado. Pero cuando el comandante pide nuevos uniformes al comando, solo ven un trozo de papel que afirma que el batallón está bien equipado.

La situación de los salarios también ha mejorado, aunque sigue habiendo complicaciones. Los salarios (una media de 15.000 rublos) se gastan principalmente para cubrir la escasez de suministros (uniformes, munición), así que mantener a la familia con esa cantidad es prácticamente imposible. Algunas unidades siguen sin tener un salario. Uno de los grandes problemas para algunas unidades (Prizrak, por ejemplo) es que, por diferentes motivos, parte de los soldados no son parte del cuerpo del ejército. Si oficialmente hay 200 soldados por unidad, en realidad hay hasta 400. Así que 200 soldados se quedan con la mitad de su salario y ceden la otra mitad a los otros 200 soldados irregulares de la unidad. Este es el problema más frecuente con los salarios y los suministros. También hay otros problemas, incluyendo pequeños robos a diferentes niveles. Así que tomaría con escepticismo lo referente a la centralización del suministro, porque no veo los papeles en el cuartel, sino a los soldados en las trincheras.

En cuanto a la moral de la milicia, algunos están cansados por la falta de información y falta de perspectivas de futuro. Para nosotros, voluntarios rusos, todo es más fácil y tenemos la opción de retirarnos a Rusia, pero muchos no tienen donde ir o no quieren abandonar su tierra para ir a lo desconocido. Además, muchos de ellos tienen su domicilio y su familia en territorio ocupado, por lo que la imposibilidad de avanzar desmoraliza a los soldados. Si las repúblicas lograran obtener un alto el fuego en las fronteras de las antiguas regiones de Donetsk y Lugansk y cesaran los bombardeos, la situación sería más aceptable a la hora de congelar el conflicto. Pero en las actuales circunstancias, la existencia de la población y de las milicias en las repúblicas es insoportable. La dureza física se puede soportar, pero las condiciones psicológicas que vive la población debido a la falta de una situación que no es ni guerra ni paz, es complicada.

Pronto escribiré sobre otros temas, concretamente sobre nuestro trabajo con los suministros o el estatus del primer hospital militar, que sigue luchando por mantenerse. En cuanto a la situación de la inteligencia de la RPD, no ha cambiado prácticamente nada, o quizá ha empeorado [las   luchas internas de la RPD han sido constantes en este departamento]. La mayor parte de la Oficina General de la Fiscalía sigue trabajando, incluyendo la general Filipova. La inteligencia ha incluido a nuevos efectivos leales a las autoridades. Hace unos días, Valya Kornienko, de 19 años, desapareció del local del fondo de ayuda humanitaria Dobrorrusiya y todo indica que se la inteligencia está involucrada. Tratamos de aclarar la situación.

A modo de conclusión, y para responder a las preguntas que a menudo recibo de los enfadados ciudadanos de ambos lados, los eternos optimistas y los eternos pesimistas: si escribo que algo mejora, dicen, “¿Cómo es posible, si escribió que todo está mal?”. O al revés, si escribo algo negativo, el otro lado se indigna: “pero si decía que todo estaba bien”. La realidad es que es imposible definir como estrictamente positivo o estrictamente negativo lo que está ocurriendo. Los lectores de El Murid [conocido bloguero ruso, crítico con la forma en que han actuado tanto Rusia como las autoridades de la RPD y la RPL], por ejemplo, están convencidos de que lo que ocurre en Donbass es desesperadamente malo y solo lleva a la derrota, mientras que los lectores de Chalenko [periodista de Ukraina.ru o Politnavigator, mucho más optimista] hacen palmas y confían ciegamente en el desarrollo de la RPD y la RPL, que pronto estarán camino de Kiev. La realidad es mucho más complicada. Visito diferentes lugares, en ocasiones contradictorios: algunos están sumidos en el pesimismo, mientras que otros bailan de alegría y esperanza. Así que hablar de las esperanzas de Novorrusia en este momento es prematuro y no tiene sentido. La situación está estancada, pero todo indica que las cosas podrían decantarse en nuestro favor, o en nuestra contra, en cualquier momento.

Además de la situación en el frente, también está la situación en las propias repúblicas, que están en crisis y en ocasiones ocurren cosas que no deberían. No debe silenciarse esos aspectos y debemos lidiar con ellos o perderemos la confianza de la sociedad rusa, que continúa apoyando a las milicias y a la población de Donbass.

Comentarios

2 comentarios en “Las milicias de Donbass durante la tregua

  1. Avatar de albe70

    Un comentario bastante real de la situación, sobre todo para los que estamos lejos y seguimos día a día el desarrollo de los acontecimientos en las RPL y RPD (Novorossia) y es que esta es la realidad de la vida no todo es color de rosas, pero tan solo con el hecho de estar luchando por su libertad y su tierra natal es inspiración de respeto y admiración por parte de la población de Dombas. Es imposible en tan poco tiempo pretender que funcionen bien las estructuras de estas nuevas repúblicas y resolver todos los problemas organizativos, logísticos,etc. con una guerra a cuestas, pero van por muy buen camino, solo deben tener claro que no se puede ceder ni un milímetro, no se puede entregar nada a aquellos fascistas que han bombardeado las ciudades y pueblos matando a la población civil.
    Gracias a Slavyangrad.es por mantenernos informados, espero que sigan así en el día a día y nos permitan mantenernos informados.. nos hace falta un Slavyangrad.es sobre la situación en Siria, otro frente de lucha contra el mal.

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    Publicado por albe70 | 02/10/2015, 15:30
  2. Avatar de Zhukov

    Reblogueó esto en Guerra en Ucrania.

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    Publicado por Zhukov | 05/10/2015, 13:59

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