Entrada actual
Armas, Ejército Ucraniano, Estados Unidos, Rusia, Ucrania

Trump, Ucrania y la deriva de la guerra

Se tambalean, afirma esta semana Foreign Policy, los intentos de la OTAN de blindar la participación en el esfuerzo bélico “a prueba de Trump”. Para garantizar la continuación del envío constante y masivo de armamento a Kiev, “la OTAN ha lanzado recientemente la idea de un paquete de ayuda multianual de 100.000 millones de euros, que se acordaría en la próxima cumbre de Washington”, escribe el medio en referencia a la idea que Jens Stoltenberg planteó sin previo acuerdo con los países miembros para “blindar el mecanismo contra los vientos del cambio político”. Dos son las grandes preocupaciones de los aliados de Kiev este año: la posibilidad de que Rusia logre una ruptura lo suficientemente profunda que cause un colapso de alguna de las zonas del frente y el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, el cambio al que se refería el actual secretario general de la OTAN, cuyo mandato expira el próximo octubre. Stoltenberg quiere realizar un traspaso de poderes al ya elegido sucesor, el neerlandés Mark Rütte, con los deberes hechos: garantizando que la guerra pueda continuar y que la OTAN haya tomado el relevo de Estados Unidos al mando de la organización y logística.  A ello se dirige el traspaso del control del grupo de Rammstein, clave para el suministro militar, de Estados Unidos a la OTAN y también la búsqueda de un mecanismo que obligue a los países miembros a aportar las cantidades previstas anualmente sea cual sea su situación política y al margen de cambios de Gobierno. Garantizar el consenso bélico es la principal tarea del secretario general Stoltenberg en sus últimos meses al frente de la Alianza.

Parece evidente que la clara victoria de Donald Trump en el debate mantenido el jueves contra el actual presidente Biden haya hecho aumentar en las instituciones atlantistas tanto la preocupación como las prisas por lograr esos planes que hagan imposible para la cada vez más probable administración Republicana descarrilar el sistema de asistencia y suministros a Ucrania que sostienen al Estado y a sus Fuerzas Armadas. Y aunque gran parte de la cobertura mediática del debate se ha centrado en la mala actuación de Biden y en su capacidad para resistir una nueva legislatura, el acto del jueves es importante, no solo porque aumentó las posibilidades de victoria de Trump, sino porque el aspirante a la presidencia se reafirmó en sus posturas en relación con la guerra.

“Trump sugirió sin fundamento que Biden había «animado a Rusia» a invadir y trató de presentar la invasión como resultado de la caótica retirada de Afganistán de la administración Biden en mayo de 2021. «[Biden] fue tan malo en Afganistán, fue una vergüenza horrible», dijo Trump. «Si tuviéramos un presidente de verdad, un presidente que fuera respetado por Putin, nunca habría invadido Ucrania», añadió”, escribe Foreign Policy para resumir cómo Donald Trump culpa a su oponente del inicio de la guerra rusoucraniana. El desconocimiento y la manipulación marcan las posturas del aspirante Republicano en lo que respecta a la política exterior. En la retirada de Afganistán, que Trump tanto critica en sus formas, Joe Biden únicamente siguió los planes ya iniciados por su predecesor. Lo mismo había hecho el presidente Republicano con la política estadounidense en Ucrania, un detalle que ahora prefieren no recordar ni los partidarios de Trump ni sus detractores. Durante su mandato, Trump envió a Ucrania a Kurt Volker, del Instituto John McCain y con una trayectoria muy similar a la de Victoria Nuland, para negociar directamente con Vladislav Surkov, asesor de Vladimir Putin. Mientras tanto, la Casa Blanca cruzó la primea línea roja de esta guerra: el envío de los misiles antitanque Javelin que Obama había negado repetidamente a Ucrania. En los cuatro años de administración Republicana, no hubo acercamiento ni paso alguno hacia la paz en Ucrania. Sin embargo, y a pesar de que el actual conflicto es mucho más complejo que el de Donbass, en cuya resolución Trump fracasó en el pasado, el ahora candidato volvió a insistir en el debate en que “arreglará” la guerra entre Rusia y Ucrania antes incluso de tomar posesión.

Trump se cree capaz de solucionar un conflicto de gran complejidad y en fase de una escala que ha dejado ya centenares de miles de bajas, aparentemente con su sola presencia. Y es que, pese a repetir hasta la saciedad la confianza en sí mismo para resolver lo que diez años y dos guerras no han solucionado, el candidato Trump no ha esbozado siquiera cuál será la forma elegida para lograr ese objetivo.

Hace unas semanas, AP publicó los primeros esbozos de “America First”, los planteamientos de seguridad nacional de uno de los equipos que tratan de evitar que Donald Trump llegara a la Casa Blanca con las mismas carencias en política exterior de su primer mandato. En ese esbozo, que partía de la base de las palabras del candidato Republicano, que en un acto en la CNN afirmó que, ante todo, deseaba “que todo el mundo deje de morir”, el único aspecto práctico señalado era “condicionar la futura ayuda militar a Ucrania a que el país participe en las conversaciones de paz con Rusia”.

Quizá las mejores pistas sobre cuál sería el planteamiento de Donald Trump en caso de victoria electoral se encuentren en un artículo publicado por Foreign Policy en el que quien fuera uno de sus asesores de seguridad nacional plantea las bases para la futura política exterior. “Si vis pacem, para bellum”, comienza Robert C. O’Brien para presentar su propuesta de “paz por medio de la fuerza”,  posible lema de la política exterior de la hipotética administración Trump. El planteamiento se basa en cuatro puntos principales:

  1. El enemigo número uno es China, cuyas relaciones con sus vecinos y socios, especialmente con Rusia, han de ser obstaculizadas.
  2. El conflicto ucraniano ha de resolverse por la vía de la negociación, aunque sin detener el suministro de armas que correría, eso sí, a cargo de los países europeos.
  3. Ucrania debe ser aceptada en la Unión Europea lo antes posible.
  4. Estados Unidos debe reforzar sus alianzas con los países democráticos y apoyar activamente a las disidencias internas de los países oponentes.

El planteamiento parece esbozar para Ucrania una paz armada en la que sean los países de la Unión Europea los que continúen suministrando un armamento que, como muestra la experiencia, sería fundamentalmente estadounidense. Mientras tanto, continuaría el intento de separar a Rusia y China y el apoyo a disidencias internas y movimientos políticos favorables en ambos países. Esa paz por medio de la fuerza que describe el artículo implica que Estados Unidos seguiría percibiendo los beneficios del rearme descargando responsabilidades sobre la situación sobre el terreno en  los países europeos mientras continuaría intentando desestabilizar la situación interna de los países oponentes.

Esta semana, Reuters ha publicado, citando como fuente a dos asesores de Donald Trump, algunos detalles sobre cómo se pretende llegar a la fase de negociación con la que habría de resolverse el conflicto. “Según el plan elaborado por Kellogg y Fred Fleitz, ambos jefes de gabinete en el Consejo de Seguridad Nacional de Trump durante su presidencia de 2017 a 2021, habría un alto el fuego basado en las líneas de batalla prevalecientes durante las conversaciones de paz”, explica el artículo, que añade que sus fuentes admiten que no se trata de un plan del candidato, aunque aseguran que Donald Trump habría respondido favorablemente. El plan de Kellogg y Fleitz para sentar a las partes en la mesa de negociación sería prometer a Kiev más armas en caso de iniciar negociaciones y advertir a Rusia que aumentaría su apoyo a Ucrania si Moscú no acepta negociar. En pocas palabras, Ucrania recibiría más asistencia estadounidense en caso tanto de aceptar iniciar negociaciones de paz como de rechazo ruso a hacerlo.

El objetivo de Trump, conseguir una salida negociada al conflicto entre Rusia y Ucrania, contrasta con el modus operandi del consenso de la guerra como única resolución aceptable en el que se han instalado Kiev y sus aliados occidentales. Sin embargo, en la ambigüedad de quien no quiere decir cómo logrará lo imposible y la arrogancia de quien se cree capaz de cambiar la situación simplemente con su presencia, el plan que parece subyacer de los datos disponibles no es otro que más armas. Difícilmente la amenaza al statu quo que parece presentar el actual establishment atlantista.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Reportes del frente archivados.

Registro

Follow SLAVYANGRAD.es on WordPress.com

Ingresa tu correo electrónico para seguir este Blog y recibir notificaciones de nuevas noticias.

Únete a otros 47K suscriptores

Estadísticas del Blog

  • 2.251.285 hits