Medidas y contramedidas: avances rusos en Pokrovsk

Ayer, el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa advertía de lo que calificaba de un “rápido deterioro” de la situación de las tropas ucranianas en Kupyansk, donde se lucha dentro de la ciudad, aunque en una fase inicial de la batalla, y en Pokrovsk, foco principal de la batalla en estos momentos. En zonas menos mediáticas, fundamentalmente el oblast de Dnipropetrovsk, que Rusia no reclama como propio, pero en el que trata de obtener una mejor posición negociadora y territorios que devolver a cambio de aquellos que desea obtener en Donetsk, las tropas rusas avanzan poco a poco capturando localidades y estirando las mermadas líneas ucranianas. El ejército ucraniano, alega Rusia, sufre “pérdidas graves y continuadas por los ataques ante el avance de las tropas rusas” y se encuentra “atrapado”. El mando ruso presenta así la situación para justificar su exigencia de retirada o rendición. La batalla, especialmente la lucha por Pokrovsk, va a continuar ocurra lo que ocurra, ya que, ante la labor que las autoridades rusas han asignado a sus tropas, el avance sobre las líneas ucranianas en Donetsk no puede detenerse salvo que Moscú ceda finalmente a las exigencias estadounidenses de alto el fuego y congelamiento del frente.

“Las fuerzas rusas están tratando de afianzarse en la zona industrial y los edificios residenciales de la ciudad asediada de Pokrovsk, en la región de Donetsk, según informó un soldado [ucraniano] a Suspline el 5 de noviembre. Arqueólogo, el soldado de la 25ª Brigada Aerotransportada, que sirve en la zona de Pokrovsk, afirmó que el objetivo de Rusia es acercarse desde el sur a través de Pokrovsk, rodearla y cortar la logística de Ucrania”, escribía ayer The Kyiv Independent en su apertura del artículo sobre el seguimiento diario de los acontecimientos. No hace falta leer en exceso entre líneas para comprender que la declaración de una admisión de una situación grave. Sin embargo, tanto las autoridades como las tropas ucranianas, en gran parte para mantener el control, evitar un efecto dominó y dañar la moral de las tropas, siguen manteniendo que todo se encuentra bajo control. “Recientemente, hemos eliminado un grupo que estaba intentando cortar la logística, específicamente la carretera a Rodinskoe”, insiste Arqueólogo. Es preciso mantener la esperanza. Sin embargo, el lugar al que se refiere el soldado, al norte de Pokrovsk, es decir, la única zona que no está bajo control ruso y que permite que las tropas ucranianas puedan tratar de mantener el suministro o retirarse, delata cuál es la situación.

Según el Estado Mayor de Ucrania, sus fuerzas realizan “contramedidas activas” para impedir que Rusia consolide su presencia a Pokrovsk, donde, por supuesto, las tropas ucranianas no se encuentran sitiadas. El control de daños no impide que la población ucraniana pueda ver la realidad detrás de las declaraciones. Incluso los analistas más favorables admiten que más de la mitad de la ciudad está ya bajo control de Rusia, que avanza -siempre a costa de miles de bajas según estas fuentes- sin que Ucrania pueda detener esos progresos. Eliminar la presencia rusa en Pokrovsk requeriría a día de hoy una operación mucho más amplia que la iniciada por Kirilo Budanov la semana pasada. Filtrado a la prensa y publicado rápidamente el vídeo en el perfil de redes sociales de Oliver Carroll, corresponsal de The Economist, la reacción ucraniana fue culpar al mensajero. El periodista fue calificado de “degenerado” por dar a conocer el aterrizaje de los helicópteros del GUR que pretendían realizar algún tipo de operación supuestamente ofensiva contra las tropas rusas. La rapidez con la que Rusia publicó su respuesta, el ataque de drones FPV contra los efectivos que habían desembarcado, indica que el vuelo fue seguido por los operativos rusos desde el inicio. En un contexto absolutamente saturado de drones de ataque y de vigilancia, ninguna de las partes necesita de las informaciones mediáticas para conocer el estado de los cielos. La continuación de los progresos rusos en Pokrovsk, confirmados por medios ucranianos como DeepState indican que, como era previsible, la llegada de unas docenas de soldados de operaciones de fuerzas especiales, fueran o no de élite, no ha cambiado la dinámica de la batalla, algo que requeriría grandes cantidades de tropas o un notable aumento de la potencia de fuego. Por el momento, ninguna de esas circunstancias se ha producido y la imagen que dan de la ciudad los reportajes ucranianos que informan desde la zona se distancian del discurso de las autoridades, que tratan de mantener la calma.

“En resumen, Pokrovsk y Mirnograd ya están jodidas”, afirma un piloto al que ha entrevistado Hromadske, uno de los muchos medios liberales que han emergido en Ucrania gracias a la financiación occidental tras la victoria de Maidan. El soldado, Valeriy, “acaba de abandonar las posiciones en Pokrovsk, donde pasó 13 días. Durante este tiempo, su unidad tuvo que retirarse tres veces porque los rusos avanzaban rápidamente por la ciudad. La unidad de drones se encontró a 900 metros del enemigo y se vio obligada a operar en una ciudad en la que los rusos se adentran cada vez más”. “Las previsiones pesimistas sobre el futuro de la ciudad clave del sur de Donetsk no solo las expresan los soldados que trabajan directamente en la ciudad, sino también los oficiales”, señala Hromadske. Solo los más incondicionales niegan una realidad que es evidente para la mayoría.

“Pokrovsk se encontró al borde de la ocupación total después de que cientos de rusos se infiltraran en la ciudad. El ejército ucraniano no ha sido capaz de eliminar las brechas en la defensa por las que el enemigo entra en la ciudad desde el verano. Esto provocó que los rusos se acumularan en Pokrovsk y, en otoño, su presencia se hizo tan grande que amenaza con rodear a toda la guarnición ucraniana”, continúa el reportaje, que admite lo que las autoridades tratan de ocultar. Lo hace manteniendo el anonimato con el que tienen que actuar para impedir represalias las fuentes que rompen con el discurso oficial. En guerra, nadie quiere admitir las derrotas hasta que se han consumado. “Todo lo que es gris en [el mapa de] DeepState en la ciudad de Pokrovsk debería pintarse de rojo [como se designan las zonas bajo control ruso]. Los rusos controlan aproximadamente el 60% de la ciudad. El enemigo está en Rodinskoe y en Mirnograd. La situación es una mierda”, indica un oficial de alto rango que lucha en Pokrovsk entrevistado por Hromadske, que contradice el éxito que The Kyiv Independent afirma que ha obtenido Ucrania contra Rusia en la carretera hacia Rodinskoe. “Quienes se encuentran en las posiciones avanzadas en Pokrovsk ya están prácticamente rodeados y tienen pocas posibilidades de escapar. Hay edificios, manzanas y calles por las que es casi imposible pasar sin recibir disparos”, añade el mismo oficial.

“No solo hay grupos de sabotaje y reconocimiento. Entras en las posiciones, hay drones volando constantemente sobre tu cabeza, hay soldados muertos en combate que no están siendo recogidos, muchas minas y bombardeos de artillería en la ruta logística. Hay muchos problemas diferentes en cuanto al acceso. Esto te desmotiva un poco”, afirma el piloto de drones previamente citado, a lo que el medio añade que “uno de los mayores problemas es que, debido a los constantes avances hacia el interior de la ciudad, los pilotos y los operadores de drones se ven constantemente obligados a retroceder y no pueden realizar su trabajo directo debido a la presencia de la infantería enemiga”. La imagen es inequívoca, las tropas rusas avanzan sin que las ucranianas tengan más opción que retroceder.

“Debido a esto, nuestro segundo escalón no funciona y eso proporciona el 90% de los ataques. En consecuencia, no podemos matar a los rusos en las aproximaciones a la ciudad. Y cuando no tenemos UAV, Rusia siempre nos superará en número de infantería”, prosigue el operador de drones. “Debido al caos que los rusos siembran en la ciudad, por un lado, crean problemas a las unidades de retaguardia y, por otro, imposibilitan su trabajo productivo, al tiempo que esta táctica les garantiza la oportunidad de seguir infiltrándose en la ciudad sin ser detectados”, añade Hromadske con una admisión implícita de que la táctica rusa está funcionando.

Quizá la descripción más clara del estado actual del frente en esa zona es la de una soldado citada por el artículo. “Si Pokrovsk cae, no habrá Mirnograd. Si Mirnograd cae, no habrá Pokrovsk. No puedo separar estas dos ciudades. Si tenemos en cuenta que los rusos se sienten absolutamente cómodos en el norte de Pokrovsk y en el noreste de Mironograd, entonces pueden cubrir la distancia restante entre ellos con FPV. Están haciendo todo lo posible para que la ciudad, si no queda físicamente rodeada, quede rodeada de tal manera que sea imposible salir de ella”, afirma. El cerco no existe, pero la presión rusa rodea las dos ciudades, en las que ni las tropas de operaciones especiales ni los operadores de drones han conseguido, por el momento, impedir el avance ruso, algo que constatan también los expertos. Ucrania, insiste Michael Kofman, ha enviado a Pokrovsk “refuerzos y unidades de élite para estabilizar los flancos, pero esto podría no ser suficiente dada la magnitud de la infiltración rusa en esta etapa”. “Si Pokrovsk cae, Mirnograd también, y la bolsa se cierra”, añade. “El resultado inmediato es que las fuerzas rusas operarán drones desde Pokrovsk, utilizando la ciudad para desplazar a las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania hacia atrás”, continua para reflejar la importancia de la zona. El avance ruso había dejado Pokrovsk como un saliente aislado bajo control ucraniano, eliminando el valor de la ciudad como nodo logístico. Sin embargo, aunque pudiera parecer que eso reduce la gravedad de la potencial caída para Ucrania, hace tiempo que el problema no es perder una localidad estratégica, sino que Rusia pueda utilizarla como tal.