“Putin se jactaba en secreto frente a nuestros aliados de que Rusia ocuparía todo el Donbás el 15 de octubre”, pero hoy es 27 de octubre y los rusos no han ocupado ni todo el Donbass, ni siquiera Pokrovsk y hasta ahora están “enfrentándose sin sentido” en la ciudad”, afirmó Volodymyr Zelensky el pasado lunes. El presidente ucraniano había posado sonriente junto a la señal de entrada de la ciudad en su habitual visita al lugar más complicado del frente. El discurso ucraniano y los acontecimientos están siguiendo la misma evolución que las visitas similares con operación de relaciones públicas en forma de imagen de presidente de guerra que se han realizado en el pasado. Ucrania insiste en que todo está bajo control, pero entre líneas admite que todo se está complicando y para justificarlo añade elevadas dosis de épica y alega objetivos rusos imaginarios para enaltecer hasta la exageración la labor realizada hasta ahora. En paralelo, influencers de todo tipo inundan las redes con mensajes sobre el escaso valor estratégico de la localidad en cuestión. Y poco a poco, la situación empeora en el lugar.
El proceso ha comenzado ya, especialmente desde que el jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov, afirmara que las tropas ucranianas se encontraban cercadas. “Ucrania está reforzando sus posiciones en Pokrovsk, ya que alrededor de 200 soldados rusos se han infiltrado en la ciudad en pequeños grupos”, afirmaba el martes The Guardian citando como fuente al ejército ucraniano. La pasada semana, Ukrainska Pravda había publicado que tropas rusas, alrededor de 250, habían alcanzado la ciudad con la misión de acabar con los operadores ucranianos de drones, aunque Ucrania restaba importancia a este hecho, alegando que cada avance ruso termina con una gran derrota de las tropas de Moscú. Sin embargo, esas derrotas se producen cada vez más lejos de Donetsk, punto de partida desde el que el ejército ruso comenzó a recuperar territorio entonces en manos de Ucrania. Como admite The Kyiv Independent, “después de capturar en febrero de 2024 Avdeevka, durante mucho tiempo feudo ucraniano situado a más de 40 kilómetros al sudeste de Pokrovsk, las topas rusas han avanzado gradualmente hacia Pokrovsk, antaño un nodo logístico protegido en una zona relativamente segura del oblast de Donetsk”.
A excepción de los movimientos de 2022, los avances de esta guerra siempre han sido lentos, especialmente en Donbass, fortificado durante los ocho años anteriores y foco principal del enfrentamiento militar. En una zona tan minada y con tal concentración de tropas, acelerar el paso es una quimera que, en las condiciones actuales, solo existe en la imaginación de quien se atribuye el avance. El comentario de Zelensky sobre la fecha límite para la captura de todo Donbass es solo el ejemplo más reciente de algo que Ucrania ha hecho repetidamente. En mayo de este año, Kiev alegaba que Putin había ordenado a sus tropas alcanzar la región de Dnipropetrovsk antes del 9 de mayo, algo que se había repetido ya en 2022, cuando, siguiendo a rajatabla los postulados del Gobierno ucraniano, los medios internacionales argumentaban que Putin quería “cantar algún tipo de victoria”. La fecha del 15 de octubre, totalmente aleatoria, se suma a una larga lista de momentos imaginarios en los que Rusia debía haber conseguido algo que no logró y, por lo tanto, una forma de resaltar la resistencia ucraniana, que ha impedido que el segundo ejército del mundo cumpla sus expectativas. Aunque Rusia en ningún momento ha tratado de acelerar sus avances para cumplir plazos y hace tiempo que comprendió que la guerra de desgaste era la única posibilidad a su alcance teniendo en cuenta las condiciones y la naturaleza del actual conflicto, la insistencia ucraniana en que su defensa ha hecho desbaratar planes concretos del enemigo es un argumento útil para la guerra informativa.
La épica aumenta cuando las victorias, entre las que hay que contar también derrotas brevemente aplazadas, se producen en inferioridad de condiciones. Sin necesidad de mantener excesiva coherencia, Ucrania y sus socios occidentales han defendido siempre que Kiev cuenta con la ventaja de la mayor calidad de sus armas, una mejor táctica y preparación tanto de las tropas como de los oficiales. Justificar la ausencia de victorias en ese contexto pasa por recuperar momentáneamente el discurso de fortaleza rusa, alegar que Rusia utiliza la táctica de las mareas humanas sin dar valor a la vida de sus miles de soldados enviados a la muerte segura e insistir en el desequilibrio de fuerzas. Frente a la constante movilización general de Ucrania, Rusia, que inició su intervención militar con un contingente claramente insuficiente, en tres años y medio solo ha realizado una movilización parcial en 2022 y se ha nutrido de voluntarios, a los que ha ofrecido estímulos económicos. En este tiempo, Kiev ha alegado un nivel de bajas rusas en ocasiones en un ratio de 8:1 a su favor, es decir, ha llegado a decir sin la más mínima evidencia que Moscú perdía ocho veces más soldados, a lo que ha sumado la constante insistencia en las altas tasas de deserción y falta de voluntarios. Especialmente en Donbass, el dogma de la guerra afirma que cada metro que Rusia avanza implica la pérdida de centenares de soldados, algo absolutamente insostenible para cualquier país. Y aun así, esta semana, Zelensky ha utilizado la gran superioridad numérica de Rusia para justificar las dificultades que, por fin, admite que sus tropas están sufriendo en Pokrovsk.
“«(Las tropas rusas) han dedicado tales fuerzas al (sector) de Pokrovsk que Ucrania no puede dedicar a una sola dirección (del frente) —de una a ocho personas—», declaró Zelensky a los periodistas en una rueda de prensa, según informó la cadena pública ucraniana Suspilne. «Imaginen cuántas fuerzas rusas hay allí. Pero, al mismo tiempo, no han logrado el resultado previsto»”, escribía el martes The Kyiv Independent, que tomaba el discurso oficial y lo utilizaba como eje central de su información. De los 200 soldados que The Guardian admite que han llegado a la ciudad, se pasa a ocho veces más rusos que ucranianos en la zona, unas cifras fuera de toda realidad, especialmente teniendo en cuenta que hace tiempo que Kiev ha movilizado reservas para impedir un avance rápido ruso en Pokrovsk o en la cercana Mirnograd.
Ni las declaraciones del presidente ni la voluntad de mantener la ficción puede ocultar la realidad e incluso este medio ucraniano admitía que “las tropas rusas han rodeado Pokrovsk por tres lados, dejando un hueco de 15 kilómetros (nueve millas) al ejército ucraniano para transportar tropas y suministros”, añade el artículo citando a DeepState. Y lo que debería resultar más preocupante para Ucrania, The Kyiv Indepent añade que “todos los puentes que conducen a Pokrovsk fueron volados por el ejército ruso y la evacuación de los heridos es una tarea casi imposible, según declaró la teniente Natalia Stoiko, jefa de los servicios médicos de la 5.ª Brigada Mecanizada Pesada desplegada en el sector de Pokrovsk, en la conferencia «Una persona en el ejército» celebrada en Kiev en octubre”.
Ayer, Vladimir Putin afirmó nuevamente que las tropas ucranianas están sitiadas en Pokrovsk, exigió su retirada e incluso propuso facilitar la llegada a prensa internacional para que los medios de comunicación puedan constatar la realidad, unas declaraciones rápidamente negadas por el mando ucraniano. “Desde el principio, Putin ha utilizado el componente militar de la mentira para difundirla a Estados Unidos. De ahí las noticias falsas sobre la captura de Donbass en octubre y otras cosas que los rusos lanzan a los americanos”, afirmó el jefe del Centro para Contrarrestar la Desinformación. Rusia exagera, sin duda, la situación a su favor. Sin embargo, su análisis es más cercano al de quienes dicen luchar contra la desinformación y afirman que todo se encuentra bajo control.

Mapa de ayer por la mañana de DeepState, mostrando la tendencai calra de avances rusos y Pokrovsk cerca de quedar bajo un cerco operativo
“Se están desarrollando en la localidad del frente de Pokrovsk una batalla urbana y una situación crítica”, admitía ayer por la tarde The Kyiv Post. Horas antes se había podido ver la primera bandera rusa en el noroeste de la ciudad. “El trapo en un tejado de Pokrovsk fue encontrado alrededor de las 9:40 y destruido a las 10:40”, escribió ayer por la tarde DeepState. Las apariencias importan y, según Rob Lee, Ucrania utilizó un dron FPV para destruir esa bandera, lo que indica pérdida -al menos temporal- de control de la zona, ya que, de lo contrario, los soldados habrían sido capaces de retirar la bandera. “La situación en la ciudad sigue siendo difícil, ya que el enemigo continúa trayendo infantería. En estos momentos, las Fuerzas de Defensa de Ucrania están realizando grandes esfuerzos para infligir las máximas pérdidas al enemigo. La ciudad es una gran zona gris, porque el sur de la vía férrea sigue estando lleno de nuestras posiciones y, al mismo tiempo, es cierto que muchos maricones se han infiltrado al norte de las vías del tren”, añadió DeepState sin esconder su ira ni privarse de insultos.
Al noreste de Pokrovsk, ayer se constató también presencia rusa en Mirnograd. Cuentas ucranianas insisten ya en que hace mucho tiempo que Pokrovsk perdió su posición estratégica como nodo logístico, por lo que luchar por ella solo va a retrasar lo inevitable a costa de bajas propias. Al contrario que en Avdeevka, añaden quienes se adhieren a esta versión, Ucrania cuenta el oeste de Pokrovsk con fortificaciones que no harían probable un rápido avance ruso posterior. «Esta vez, el ejército ucraniano se ha preparado para la siguiente fase, con tres líneas de defensa ya desplegadas y dos más en construcción en la carretera que conduce a Pavlograd, la única ciudad importante más al oeste, a 90 km de distancia, que luego lleva al río Dniéper y a Dnipro, 50 km más adelante», escribió Clément Molin. Los próximos días confirmarán si, como ha insistido Zelensky esta misma semana, Ucrania opta por no retirarse de la zona y elige luchar hasta el final, como hiciera en Artyomovsk, Ugledar o Avdeevka. De hacerlo, el discurso volverá a ser el mismo, alegar que las victorias rusas implican cantidades desproporcionadas de bajas.
La batalla por Pokrovsk y Mirnograd se encamina hacia su fase final, ya sea una retirada rápida justificada como repliegue a posiciones más favorables, o una lucha hasta el final por un fortín que se ha convertido en símbolo como lo fuera Artyomovsk. En ese caso, Ucrania precisará del despliegue de más tropas, quizá a costa de otras zonas del frente y su objetivo será retrasar al máximo los avances rusos y causar el mayor número de bajas enemigas. La ausencia del gran contingente ruso que solo existe en la mente de Zelensky hace factible también esa posibilidad, un intento de prolongar la batalla, aunque se produzca a costa de una aún mayor destrucción de la ciudad.
Comentarios
Aún no hay comentarios.