Más planes

“Modi es el primer ministro de un país realmente grande desde el punto de vista de población, economía, influencia e impacto”, afirmó en una entrevista concedida a The Times of India el presidente ucraniano, que añadió que “Modi puede influenciar el final de la guerra de Ucrania. Ese es el enorme valor que tiene en cualquier conflicto, ese es el enorme valor de India”. Desde 2022, Kiev ha realizado una enorme tarea política y de relaciones públicas para lograr atraer el apoyo del Sur Global. Diplomáticos ucranianos han visitado países africanos que jamás habían visitado, han enviado ayuda humanitaria a Palestina pese apoyar abiertamente la campaña israelí de defensa, han apelado a los países latinoamericanos y africanos en el lenguaje de la descolonización pese a que sus principales proveedores son los mismos países que los colonizaron e incluso han utilizado la cuestión de la esclavitud para demonizar a Rusia. Pero, ante todo, Ucrania ha tratado de convertir a su causa a China, principal aliado ruso, e India, dos países miembros de los BRICS y cuya pérdida supondría un golpe difícil de superar para Moscú. Durante meses, Zelensky trabajó para lograr la vista de Narendra Modi a Kiev, posiblemente confiado en su capacidad de convencer a los líderes mundiales de lo justo de su causa a base de mostrarles las heridas de la guerra y utilizar su retórica para presentar el conflicto como el elemento central de las relaciones internacionales.

La efectividad de ese discurso desciende progresivamente con la distancia y el viaje de Modi a Ucrania resultó ser una visita en la que el presidente del país más poblado del mundo quería transmitir a su homólogo ucraniano su oferta de mediación con Rusia. Al contrario que ha sucedido con la representación del establishment político europeo y norteamericano, para quienes la destrucción de la guerra ha llamado siempre a exigir más armas para continuar luchando, la reacción de Modi fue similar a la del resto de representantes del Sur Global, que siempre se han reafirmado en su postura de buscar, cuanto antes, un proceso de negociación que pare la guerra. La escasa química entre el presidente indio y el ucraniano fue evidente en su aparición conjunta e India se vio obligada a precisar en su comunicado que las diferencias existentes entre los dos países en la valoración de la situación. Sin embargo, tomando de forma literal las palabras de Zelensky, Político creyó ayer ver un acercamiento y escribió ayer que “Zelensky dio a entender el lunes que está abierto a que Nueva Delhi encabece unas conversaciones de paz, diciendo que «sin duda» se producirían en India”.

Al contrario que para Antonio Guterres, contra quien Ucrania ha apuntado esta semana toda su artillería diplomática a causa de su apretón de manos con Vladimir Putin en la cumbre de los BRICS, Zelensky no ha tenido reproches contra Modi por sus sonrientes imágenes junto al presidente ruso. El motivo es claro: en Naciones Unidas, Rusia dispone del veto en el Consejo de Seguridad, por lo que Guterres no puede ofrecer nada a Ucrania, mientras que atraer a India a su postura, podría reportar mayores beneficios. Tras la aparente propuesta de negociación, Zelensky añadió en su entrevista que India puede también presionar a Moscú “bloqueando la economía rusa, bloqueando la fuente de energía barata, bloqueando el complejo militar-industrial de Rusia”. En otras palabras, de forma un tanto ingenua, ya que India está lucrándose gracias a su posición de intermediaria en el comercio con Rusia, especialmente en la venta del crudo ruso a países que teóricamente lo han vetado, Zelensky mantiene la esperanza de que los países que se han negado a adherirse a las sanciones causando su fracaso se unan finalmente a la postura occidental.

Por si quedaba alguna duda sobre los términos que Ucrania está dispuesta a negociar con Rusia, Zelensky también se refirió a ello ayer en la misma entrevista. “Estamos dispuestos a escuchar las propuestas de varios países. Y las propuestas de India, la UE y el continente africano. Y si Brasil y China tienen propuestas, por favor, pero solo sobre la base de nuestro formato, porque tenemos una guerra”, afirmó el presiente ucraniano en relación a su plan de paz de diez puntos en el que exige la retirada unilateral de Rusia de todos los territorios de Ucrania según sus fronteras de 1991, es decir, incluida Crimea, una propuesta inviable en las condiciones actuales y que solo una derrota militar completa de la Federación Rusa puede hacer posible.

Pese a las menciones a la paz y las falsas aperturas a futuras negociaciones, Zelensky es consciente de que la posición actual de Ucrania es de debilidad, por lo que toda negociación es, a día de hoy, inviable salvo que exista una presión externa que tampoco existe. El planteamiento ucraniano pasa por reforzar su posición y llegar a unas futuras conversaciones con Rusia en posición de fuerza, para lo que precisa de más apoyo externo y una constante movilización interna. De ahí que se haya presentado ya la documentación para prolongar otros 90 días la legislación para hacer posible que continúe el reclutamiento masivo con el que reponer las filas y cubrir las bajas dejadas por los soldados caídos, capturados o heridos. En su táctica de palo y zanahoria, el presidente ucraniano anunció la pasada semana que el reclutamiento ya no puede realizarse por la fuerza y han de desaparecer las bandas de presa que capturan potenciales reclutas por las calles, realizan redadas en conciertos y restaurantes e impiden el trabajo en las fábricas que deben producir el material de guerra. Pese a las declaraciones del presidente, las imágenes de ese tipo de incidentes continúan y ayer se informaba de la condena a cinco años de prisión a un hombre de Odessa que había publicado en la red social Tik-Tok un vídeo que mostraba el reclutamiento forzoso en la ciudad. Contra al triunfalismo del presidente, que recientemente ha alabado el aumento de voluntarios para las Fuerzas Armadas, incluso los medios más dispuestos a creer todo aquello que publican las autoridades ucranianas escriben titulares anunciando que “A Ucrania le faltan soldados para frenar a Rusia”. La progresiva retirada de varias zonas del frente de Donbass -aunque no de Dzerzhinsk, Toretsk, donde las tropas ucranianas recuperan terreno ante un avance ruso que parecía consolidado- avala esa realidad.

El desgaste, que se percibe a través del aumento de la proporción de personas favorables a iniciar conversaciones con Rusia e incluso dispuestas a aceptar la pérdida temporal de territorios a cambio de paz, comienza a pesar, no solo en las filas del ejército sino en la población. Las últimas medidas anunciadas por Zelensky muestran que esa realidad comienza a llegar también al Gobierno ucraniano. Entre toda esa red de propuestas de victoria y de paz, el ejecutivo ucraniano había olvidado la cuestión interna, que requiere un nuevo plan tras el dirigido a Rusia exigiendo la capitulación y a sus aliados demandando armamento para forzarla. “El presidente ya ha dado instrucciones para el desarrollo de este plan. Debería estar preparado y presentado a la población ucraniana para final de año. El objetivo es hacer todo lo posible para preservar la unidad y conseguir resultados en diversas áreas de desarrollo del país”, afirmaba la semana pasada BBC Ukraina.

Zelensky ha anunciado también una medida más concreta. “He dado instrucciones al Gobierno para que introduzca a partir del 1 de diciembre un nuevo programa que sentirán todas las familias de Ucrania. Es apoyo para toda nuestra gente – adultos, niños, cada familia en Ucrania. Mil grivnas por persona, que supondrá varios miles de grivnas por familia”, afirmó el presidente. Días después, se precisó que las personas que se encuentran en el extranjero no podrán acceder a esta financiación pública, algo que se presenta ingenuamente como un incentivo para esas familias que han huido de la guerra a volver a casa. “Los fondos se pueden gastar en el pago de los bienes y servicios de Ucrania, incluidos los servicios públicos, electricidad, en billetes son Ukrzaliznytsia, medicamentos ucranianos. También he ordenado que estos fondos pueden ser empleados en libros ucranianos y servicios culturales”, precisó, orgulloso, Volodymyr Zelensky. El intento de movilizar la economía aumentando la demanda interna es evidente, aunque siempre sin perder de vista lo más importante: “Pueden donarlo a los militares, a los voluntarios, para adquirir drones”. Incluso en los escasos planes públicos para aliviar la difícil situación de la población civil del país, la guerra sigue siendo la razón de ser del Estado.