“Las fuerzas rusas avanzaron recientemente hacia el sudeste de Pokrovsk en medio de las continuas operaciones ofensivas rusas al este y sudeste de la ciudad el 25 de octubre. Imágenes geolocalizadas publicadas el 24 de octubre indican que elementos del destacamento de voluntarios «Maxim Krivonos», supuestamente formado por antiguos miembros de las Fuerzas Armadas de Ucrania que desertaron para luchar por Rusia, recuperaron recientemente posiciones cerca de la mina número 1 al noreste de Novogrodovka (sureste de Pokrovsk). Los blogueros militares rusos afirmaron que las fuerzas rusas continuaron avanzando dentro y cerca de Selydove (al sureste de Pokrovsk), incluso en el 11º Microraion de Selidovo en la parte norte del asentamiento, y avanzaron a lo largo de las calles Beregov, Tsentralna y Shevchenko en el centro y este de Selidovo”, escribía ayer por la mañana en think-tank neocon estadunidense Institute for the Study of War, uno de los más citados en el seguimiento diario de los acontecimientos militares de la guerra de Ucrania. A ello hay que sumar los progresos constatados esta semana por la inteligencia británica en los alrededores de Kupyansk y los progresos en Chasov Yar, la batalla más estancada, pero en la que finalmente también se producen avances relevantes una vez que las tropas rusas han superado la barrera fluvial que hasta ahora condenaba sus esfuerzos. Todas las batallas mencionadas -Selidovo, Kupyansk, Chasov Yar- son luchas locales que, de por sí, no van a cambiar la configuración del frente, pero sí que marcan una tendencia clara al repliegue ucraniano ante avances importantes de la Federación Rusa.
Pocas horas después de que una fuente militar rusa se jactara de que sus tropas se encuentran a 11 kilómetros de la frontera administrativa de la región de Dnipropetrovsk en la zona de Gualiaipole y a 29 kilómetros en la de Pokrovsk, Maksym Zhoryn, comandante adjunto de la Tercera Brigada de Asalto, cada vez más relevante en el frente militar y también en el informativo, escribía en las redes sociales que Ucrania debe plantearse la preparación de la defensa de Dnipropetrovsk (región y ciudad a las que se refería por ese nombre y no por el descomunizado Dnipo) ante el evidente repliegue de las tropas ucranianas. “No tenemos que movernos constantemente de ciudad en ciudad, al tiempo que preparamos apresuradamente estas ciudades para la defensa. Todo esto hay que planificarlo, y construir de antemano una fuerte línea de defensa. En lugar de esperar a que la línea del frente se desplace al siguiente asentamiento. Dada la situación con Selidovo, la región de Pokrovsk-Dnipropetrovsk ya debería estar preparada. Y controlar este proceso”, escribió Zhoryn dejando poco espacio a la interpretación. En guerra pocas cosas son definitivas y no hay voluntad de aceptar los retrocesos territoriales de forma permanente para la extrema derecha nacionalista a la que representa Zhoryn, uno de los altos cargos del ala política del movimiento creado y liderado por Andriy Biletsky, pero sí una aceptación de la realidad tal y como es en estos momentos.
La situación es grave para Ucrania en la parte más fortificada del frente principal, el de Donbass, donde poco a poco van cayendo uno por uno los fortines preparados durante años. Como recordaba la cuenta AMK Mapping, que narra la guerra analizando día a día los avances desde un punto de vista proucanriano aunque más realista que los partes de guerra oficiales, en los que se anuncia únicamente el número de ataques rusos que Ucrania ha repelido en cada localidad, las fortificaciones terminan en esa segunda línea que concluye en Pokrovsk-Krasnoarmeisk. A partir de ahí, el terreno es básicamente campo abierto sin una sola trinchera preparada para la defensa.
Las palabras de hace ya varios meses de Vladimir Putin, que afirmó que la prioridad de Rusia es Donbass, confirman que no hay intención -o quizá incluso capacidad- rusa de ir más allá. Sin embargo, el hecho de que desde posiciones proucranianas comience a aparecer la idea de la necesidad de la defensa de Dnipropetrovsk indica un cambio de tendencia que devuelve la guerra al verano de 2022, cuando se daba por hecho que, antes o después, Rusia conseguiría su objetivo de alcanzar las fronteras administrativas de Donetsk y Lugansk. La diferencia con respecto a ese momento es el desgaste sufrido por cada una de las partes y las posibilidades de reponer sus filas. De la misma manera que, en aquel momento, la ralentización del avance ruso marcaba el cambio de tendencia, el agotamiento de la ofensiva rusa y el inicio de los problemas causados por la escasez de efectivos, la progresiva retirada ucraniana de las localidades de Donbass no presagia un proceso de reagrupamiento para posteriores ofensivas. Es más, la ofensiva ucraniana en Kursk puede entenderse, no solo como un intento de reafirmar ante sus socios su capacidad de sorprender y de reponer el fondo de intercambio -es decir, para capturar soldados rusos que intercambiar por sus tropas cautivas en Rusia-, sino como una forma de atacar en unas condiciones menos complicadas. La realidad es que Ucrania ha dejado de hablar de avanzar sobre Crimea, Melitopol, Mariupol o incluso Tokmak y cada vez más de sus comandantes advierten del peligro en zonas que, en los dos años y medio desde la intervención militar rusa, no habían sido objeto de especulación. En Donbass, hace tiempo que Ucrania no tiene argumentos con los que contrarrestar a Rusia.
El destino de la parte occidental de la región de Donetsk, y con ella la parte más oriental del frente sur, se juega en Krasnoarmeisk-Pokrovsk, una ciudad que, durante una década, había estado fuera del alcance de la República Popular de Donetsk. Es ahí donde se han concentrado los esfuerzos logísticos y defensivos de Ucrania, por lo que su pérdida operativa sería para Kiev un fracaso difícil de sobrellevar. Desde la captura de Avdeevka, último de los fortines ucranianos de la línea de 2014 consolidada con el alto el fuego de Minsk, los avances rusos han supuesto éxitos únicamente tácticos. El caso más claro fue el de Ocheretino, capturado sin dificultad pese a su posición privilegiada de defensa gracias a una correcta labor táctica y de inteligencia. Rusia se aprovechó del momento de relevo de tropas para avanzar de forma sorprendente y que resultó ser irreversible. Ucrania no consiguió responder y, desde entonces, todos sus movimientos en el oeste de Donetsk han sido de repliegue.
Desde el avance sobre Avdeevka y especialmente desde la creación del saliente alrededor de Ocheretino, el objetivo de Rusia ha sido Krasnoarmeisk-Pokrovsk, cuya eliminación como factor militar supondría prácticamente anular la capacidad terrestre de Ucrania en un amplio sector del frente oriental. Los avances han sido lentos -aunque ligeramente más rápidos que en meses anteriores- y se ha mantenido la táctica de los pequeños grupos de infantería, evitando las columnas blindadas que habían supuesto enormes bajas frente a los drones y la artillería ucraniana. Todo ello con una participación mucho mayor de la aviación, que ha conseguido también crear un ambiente menos hostil para sus aeronaves fundamentalmente a base de ataques de larga distancia por toda Ucrania, obligando así a Kiev a utilizar sus defensas aéreas lejos del frente.
En lugar de continuar hacia el oeste desde el área de Ocheretino, Rusia giró al sur con el objetivo de consolidar sus posiciones al oeste de Donetsk y preparar el terreno para un futuro avance sobre Pokrovsk y para alejar el rente de la capital de la RPD, donde los ataques de artillería han descendido significativamente, aumentando por fin la seguridad de la parte más poblada de Donbass. Actualmente, los focos para finalizar esa labor previa son dos: la aproximación a Kurajovo y la captura de Selidovo, donde se consolida un creciente control ruso en su parte oriental y central a la vez que Rusia avanza también al oeste de la localidad. “Es probable que la agrupación central de fuerzas rusas «capture Selidovo en los próximos días, pero la ocupación de la ciudad no significa la captura de Pokrovsk», predijo el jueves el Centro de Estrategias de Defensa. «Llevará al agotamiento del grupo de asalto, reduciendo su eficacia en combate»”, escribe en Forbes David Axe, siempre dispuesto a creer los dogmas más repetidos de esta guerra: Rusia está a punto de quedarse sin soldados y su agotamiento es superior al ucraniano. Sin duda, la captura de Selidovo, que puede producirse en las próximas horas si es que no se ha producido ya, no supone la toma de Krasnoarmeisk, pero sí que se abre una vía directa hacia el inicio de la batalla final por la ciudad.
“Imágenes geolocalizadas indican que las fuerzas rusas han avanzado y capturado el pueblo de Alexandropol. Es probable que Ucrania desplegara algunas de sus mejores tropas en el Donbass en esta aldea, debido a la importancia estratégica que tenía para mantener una cabeza de puente en la orilla oriental del río Vovcha, ganando tiempo para la retirada de Gornik y Kurajovka”, escribía ayer por la mañana AMK Mapping. “Tras la captura de Izmailovka al norte, los rusos aprovecharon su impulso y aparentemente avanzaron hacia el sur hasta las minas, tomando posiciones en los montículos Estos montículos son las alturas dominantes de la zona y permitirán una vigilancia mucho mejor de las agrupaciones ucranianas en Gornik y sus alrededores, al tiempo que facilitarán la detección de los grupos de evacuación cuando intenten retirarse de la ciudad”, añadía posteriormente. Apenas unas horas después, un vídeo de la 114ª Brigada mostraba la entrada en Gornik, su avance por el entorno urbano y culminaba con su estandarte rojo izado sobre un edificio que, a vista de dron, quedaba situado en el centro de la ciudad. La captura de Gornik deja prácticamente rodeada, y posiblemente sentenciada, a Kurajovka, con lo que Rusia conseguirá eliminar el saliente al este de Kurajovo, señalando esa ciudad como próximo objetivo.
Kurajovo y Selidovo son los pasos previos imprescindibles para crear unas condiciones en las que poder avanzar sobre Krasnoarmeisk, Pokrovsk, un objetivo que previsiblemente será defendido por Ucrania hasta las últimas consecuencias y que probablemente haya sido preparado para la defensa. Solo entonces, Rusia podrá decir finalmente que ha logrado un objetivo estratégico y apuntarse una victoria en una batalla importante del frente decisivo de esta guerra.
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