Entrada actual
Batallón Azov, Donbass, DPR, Ejército Ucraniano, LPR, Rusia, Ucrania

Estados de ánimo

El 31 de diciembre del pasado año, el teniente coronel Denis Prokopenko, Redis, líder de la 12º Brigada Azov, señalaba en su Facebook que el “Año Nuevo no es motivo de celebración cuando hay una guerra en el país y nuestros soldados están muriendo en el frente” y pedía un recuerdo para esos soldados: “En lugar de brindis de celebración, recuerden a nuestros soldados que dieron sus vidas en la lucha por la independencia de Ucrania. Todos aquellos que sacrificaron su salud en el frente. Los que aún siguen resistiendo y te permiten sentarte a la mesa de Año Nuevo”.

Prokopenko situaba el trabajo de sus tropas y recordaba que Azov, “a pesar de los enemigos y las fatídicas circunstancias que lo rodean, continúa estoicamente haciendo su trabajo”. “Hoy seguimos consolidando poder de combate y reclutando nuevos soldados. Estoy orgulloso de todos aquellos que se mostraron valientes en la batalla y recibieron el derecho a llevar el galón de la brigada». Pero anticipaba las serias dificultades a las que se enfrentarán sus tropas en 2024, un año que “será aún más difícil para cada uno de nosotros. Estará lleno de pruebas, nuevos desafíos y feroces batallas”.

En su despedida de 2023, Maksym Zhoryn, otro de los históricos de Azov y uno de los principales líderes de la 3ª Brigada de Asalto de las Fuerzas Armadas Ucranianas, también se refería a 2024 como un año del que “deberíamos esperar desafíos aún mayores”. Llamaba por ahora a “alejarse de los sueños”, como los del “verano en Crimea” que muchos líderes, ucranianos o no, anticipaban para 2023.

Lejos del triunfalismo de otros tiempos, los líderes de lo que fue y es todavía hoy -a su manera- el movimiento Azov anticipan, por tanto, tiempos duros, tiempos de guerra total. Según Prokopenko, sin embargo, no hay otro camino posible: “No tenemos derecho a parar. En memoria de quienes murieron en las batallas por la libertad. Por el bien de aquellos que esperan la liberación del cautiverio. Por el acercamiento de nuestra victoria”. En consonancia con estas proclamas del líder de la Brigada Azov, para Zhoryn, “el factor principal de la victoria es nuestro carácter. Una nación de guerreros, la ucraniana “no tiene derecho a dar marcha atrás”. Tanto en la línea de actuación, la guerra como única vía posible, como en la definición de libertad como libertad solo para una parte de la población, ambos líderes de Azov concuerdan a la perfección con la línea oficial del Estado en estos momentos.

A pesar de las dificultades, el mensaje de Prokopenko también pretende reafirmar el combate de Azov. Por ello, señalaba que la ampliación de Azov a 12ª Brigada Especial hacía realidad ese “terrible sueño de los enemigos de Ucrania, que estaban seguros de que la historia de «Azov» terminaría en Mariupol”. Recordaba que, desde agosto de 2023, Azov aborda de nuevo misiones de combate en el área de Krasny Liman. En esa zona, según Redis, los combatientes de su Brigada “resisten con valentía y dignidad el ataque del enemigo en una de las zonas más difíciles del frente. El enemigo ha concentrado aquí un gran grupo ofensivo, pero esto no impide que nuestros soldados no sólo lleven a cabo con éxito acciones defensivas, sino también contraataquen en condiciones favorables y avancen, liberando los territorios temporalmente ocupados”. El intento de mantener cierto grado de triunfalismo intenta esconder que hace solo un año, esa zona se encontraba bajo el firme control de Ucrania, con las tropas rusas completamente a la defensiva. El cambio de iniciativa en este sector del frente es claro y no puede taparse con el intento de Azov de distorsionar la realidad.

Según el líder de Azov, “gracias a la profesionalidad y determinación de nuestros soldados, el enemigo sufre pérdidas de mano de obra y de equipo, y el fondo de intercambio se repone periódicamente con nuevos prisioneros”. Un aspecto, este último, que resulta esencial puesto que, además de la continuación de la “lucha por la independencia del Estado de Ucrania”, el principal objetivo que define Prokopenko para Azov en 2024 es conseguir “el regreso a casa de nuestros prisioneros que han estado en cautiverio ruso durante más de un año y medio”.

Ese mismo 31 de diciembre, de hecho, se producía el intercambio de prisioneros de Año Nuevo entre Ucrania y la Federación Rusa, un movimiento que llevaría la decepción a Azov al comprobar que ninguno de sus detenidos en Rusia iban a regresar a territorio ucraniano. En un nuevo mensaje el 3 de enero, Prokopenko realizaba un triste balance del intercambio: “0″. Estos son los combatientes de la 12ª brigada especial «Azov» de la NSU que hoy regresaron del cautiverio, esos que estuvieron en la vanguardia de las Fuerzas de Defensa de Ucrania en las batallas por Mariupol, durante el mayor intercambio desde la invasión a gran escala”. En su canal de Telegram, Maksym Zhoryn mostraba la misma queja al constatar que, entre el personal liberado, “no hay ni un solo Azov”.

Según Prokopenko, “más de 900 familias ucranianas: madres, esposas e hijos de soldados que lucharon durante 86 días en Mariupol, … salvaron al país y atrajeron a las fuerzas enemigas sobre sí mismas” no participarán de los resultados del intercambio, “más de 900 soldados, …. de los cuales más de la mitad resultaron heridos y que fueron tratados con la mayor dureza en cautiverio, están olvidados”. Esos soldados “cumplieron la orden”, pero no han regresado, lo que le lleva a dirigir, al mando político y quizás al militar, una pregunta muy directa: “¿Cada uno de nosotros está haciendo todo lo posible para que los miembros de Azov capturados que resistieron heroicamente regresen a Ucrania lo antes posible?”. No parece que Redis piense en positivo respecto a la posible respuesta. Redis parece no recordar tampoco que el intercambio de prisioneros que le liberó preveía que permaneciera en Turquía hasta el final de la guerra, un acuerdo incumplido tras el que Rusia es ahora más reticente a intercambiar prisioneros de Azov.

Tanto Prokopenko como Maksym Zhoryn son conscientes de que se enfrentan a una guerra larga en la que la victoria y el retorno de sus prisioneros tendrán que esperar. Sin embargo, les inspira su habitual propósito de revancha, en el que queda poco lugar para la compasión, tal y como muestran las reacciones a la acción de represalia ejecutada por las fuerzas armadas ucranianas contra la población civil de Belgorod a finales del año pasado.

En su Telegram, Zhoryn afirmaba por ejemplo que “La guerra siempre tiene consecuencias para ambos bandos. Por tanto, los residentes de Belgorod y otras ciudades rusas no deberían relajarse Sólo cuando la guerra se libre en territorio ruso y llegue como una procesión fúnebre a cada hogar de los Katsap [término denigratorio ucraniano para referirse a la población rusa], cuando reciban las ciudades destruidas y todo lo que trajeron a Ucrania, podremos hablar de la proximidad de nuestra victoria. Sin humanidad, reglas o compasión. Sus ciudades deben ser arrasadas, hasta el último ruso”. Esa era también la lógica con la que el primer Azov acudió a Donbass en el verano de 2014 y con la que actuó, sometiendo a la población civil a ataques completamente gratuitos, en lugares como Shirokino.

Zhoryn se considera sin duda parte de ese grupo de elegidos que, en palabras de Prokopenko, son capaces de superar su miedo, dominarse a sí mismos y no perder la cabeza durante el combate, teniendo así derecho a autoproclamarse como “guerreros”, una categoría de hombres y mujeres que Redis sitúa en “el pináculo del valor humano”.

Y sí, son ciertamente parte de ese grupo de guerreros ucranianos que encuentran sentido a su combate nacionalista en la necesidad de revancha. Un propósito y motivación que, más allá de las leyes de la guerra, enlaza con la perspectiva de venganza máxima y eterna que ha caracterizado históricamente al ultranacionalismo ucraniano. Porque es precisamente esa perspectiva de máxima destrucción del enemigo -que incluye también a la población de lugares como Donbass que ha rechazado a Ucrania en favor de Rusia- y a la vez de reparación histórica por los crímenes percibidos, reales o imaginarios, lo que lleva a Maksym Zhoryn a señalar a principios de 2024 que “Hoy tenemos la oportunidad de vengarnos no sólo de los crímenes rusos de esta guerra, sino también de generaciones enteras”.

En eso consiste la guerra de Ucrania o, al menos, la guerra de Azov.

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Reportes del frente archivados.

Registro

Follow SLAVYANGRAD.es on WordPress.com

Ingresa tu correo electrónico para seguir este Blog y recibir notificaciones de nuevas noticias.

Únete a otros 47K suscriptores

Estadísticas del Blog

  • 2.250.851 hits