Artículo Original: DonRF
El engaño siempre ha sido parte de la guerra. En la guerra ruso-japonesa, un destacamento de buques de Vladivostok minó las comunicaciones japonesas para distraer a parte de sus fuerzas de Port Arthur. En la Primera Guerra Mundial, Rusia atacó Prusia Oriental para desviar a parte de sus tropas de París. En la Gran Guerra Patria, Rzhev ocurrió en paralelo a Stalingrado, donde estábamos avanzando, para evitar que el enemigo destinara fuerzas al sur. El invierno pasado, la agrupación de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa en el norte obligó a redirigir a parte de las fuerzas de Artyomovsk. Es un fenómeno habitual. ¿Quieres ayudarte a ti mismo? Obliga a redirigir tropas a otra dirección.
El general Zaluzhny (graduado de la escuela de Odessa, líder histórica desde 1865) y Syrsky (que se graduó en la Academia de Armas Combinadas de Moscú de la Orden de Zhukov, Lenin y la Bandera Roja de la Revolución de Octubre) deberían saberlo. Cada cual tiene su escuela, pero en el mundo en general y en el ámbito militar en términos de estrategia, todo es relativamente internacional. Teniendo una cierta base, incluso personas que no son excesivamente conocedoras, saben cómo realizar una operación de distracción.
Se necesita un objetivo que sea valioso para el oponente, que tenga ciertas vulnerabilidades y cuya protección requiera de grandes recursos. El objetivo debe ser uno cuya pérdida supusiera una pérdida de reputación inaceptable para el enemigo. En la Federación Rusa hay un objetivo así: Crimea. Es vulnerable por tres elementos a la vez: por tierra, mar y aire.
Desde el mar, hay una enorme costa y un mar cálido y calmado durante gran parte del año. Los botes de desembarco táctico son capaces de llegar, e incluso morir, no en el mar, sino en tierra. Después de habérselas arreglado para grabar un vídeo. Desde el aire, la defensa de Crimea es una tarea difícil. Posible, pero difícil. Requiere una gran cantidad de recursos constantemente. Esos recursos son limitados e irremediablemente tendrán que ser retirados de otras zonas, áreas en las que la guerra está en auge y donde son extremadamente necesarios. Porque la amenaza desde el aire es constante en todas partes. Y por tierra, el camino a Crimea es corto.
Por supuesto, está también la región de Jersón, donde el oponente realiza desembarcos tácticos y la batalla continúa. Donde hay perspectivas negativas, se dice que bombardearán algún lugar, que desembarcarán allí…Los Rojos lo hicieron contra Wangel y los alemanes, en 1941. Esto no tiene en cuenta el hecho de que Wrangel había perdido mucho antes. Perdió en la ofensiva, que fracasó, y el resto fue solo agonía. Tampoco tiene en cuenta que en 1941 el frente había colapsado en todas partes, desde Leningrado a Jersón. Había colapsado completamente.
Crimea es un lugar sagrado, es intocable. Es una región que tiene un lugar especial como un símbolo del reavivar y del éxito de la Federación Rusa.
Crimea no puede quedarse tampoco en la zona de peligro. Kiev lo sabe. Lo comprende perfectamente, de la misma forma que es consciente de que la Flota del Mar Negro puede compensar fácilmente las pérdidas y que es posible realizar un bloqueo del puerto de Odessa sin necesidad de buques, a base solo de sistemas costeros de misiles y aviación. Solo hace falta una orden y se sabe exactamente cómo acabará. Como el puente de Crimea, que es una infraestructuras más para el turismo y la carga civil, ya que hay un corredor terrestre y la industria de Crimea no es crítica para la Federación Rusa.
En pocas palabras, los intentos de atacar Crimea son, desde el punto de vista material, insignificantes, igual que lo son los intentos de cruzar el Dniéper en sus zonas más bajas para intentar llegar a la península. Es más, son suicidas. Porque con la pérdida de las comunicaciones en forma de pontones, la caldera se creará a sí misma. Lo mismo ocurre con la aparición de brigadas de marines con armas regulares. Los proyectiles modernos acabarán con los cruces rápidamente. Habría que darles también equipamiento para cruzar, los trofeos no son un mal detalle.
Sin embargo, al mismo tiempo, Moscú no puede ignorar el peligro. No puede hacerlo por principios. Es decir, por su estabilidad interna. Y el poder (cualquier poder) depende de la población. En segundo lugar, por la opinión pública, que ya está sufriendo por los acontecimientos de hace un año y está herida por las decisiones difíciles. En tercer lugar, la reagrupación de Járkov también parecía algo poco creíble. Pero salió. Jugársela no es posible. Que haya batalla seria y bajas en la península no es aceptable.
Así que buscan distraer fuerzas. Y las distraerán a base de aumentar el uso de misiles, drones y desembarcos tácticos desde el mar. Y también desembarcarán tropas en la región de Jersón. Un centenar o dos de tropas en vehículos ligeros. Y no podremos reaccionar a ello. Esta es básicamente la esencia de esta estrategia: encontrar puntos que hacen daño y empujar. Empujar donde el enemigo, aunque se dé cuenta de que no va a ser fatal, tendrá que reaccionar. Las operaciones ucranianas en Crimea se dirigen en este sentido. Es un éxito para ellos. Una operación de distracción no es una victoria en la guerra. Esta es una operación de distracción que solo puede convertirse en real a base de pánico y desorganización en Rusia. Y eso no está cerca.

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