Breve resumen de la situación en Donbass

Artículo Original: Colonel Cassad

He podido hablar con personas que han regresado de Donetsk. He podido preguntar por las recientes batallas y las últimas declaraciones de Zakharchenko.

Nuestras bajas en las batallas del 13-14 de abril han sido muy serias, más altas de las que oficialmente se han reconocido. La junta también ha sufrido serias bajas en Spartak. Zakharchenko exagera al hablar de 300 bajas (Zakharchenko habla de los soldados que ha retirado el ejército ucraniano, se entiende que entre muertos y heridos-Ed), pero el número real está al menos en docenas, así que se puede decir que se ha tratado de una batalla dura. Solo en los últimos días, la junta ha perdido 11 blindados. También me han hablado de los nuestros –tenemos muy pocos. Según los resultados de la batalla, la junta apretó en la zona neutral cerca de Peski, pero en general no se ha logrado un gran avance. Aun así, me han recomendado no tener ilusiones sobre este resultado, ya que solo se trataba de una batalla de reconocimiento. Sobre las advertencias de Zakharchenko, la concentración de tropas enemigas cerca de Donetsk es muy alta, por lo que la probabilidad de una ofensiva de la junta a gran escala es muy alta.

En cuanto a Peski, ya he explicado con detalle en anteriores ocasiones los problemas para tomar la localidad: se extiende a lo largo como un tubo y todas las entradas desde el noreste y sureste están minadas. La junta controla alrededor del 90% de la localidad y la milicia se agarra a la parte de las afueras al este. Entre ambas posiciones hay una pequeña zona neutral. Nuestra principal línea de defensa está situada al este de Peski. En las batallas de abril, la junta ha tratado de tomar la zona neutral y expulsar a las fuerzas de la milicia hacia las afueras. Las batallas han sido duras, pero finalmente la junta no ha logrado su objetivo.

En cuanto a nuestras acciones. Debido a que las entradas a Peski han sido minadas y las baterías situadas al suroeste, cualquier acción ofensiva de la milicia se encuentra con grandes dificultades. Peski se ha convertido en un bastión para la junta, con puestos de defensa a largo plazo y una gran red de trincheras. En la campaña de invierno de 2015, consiguieron hacer atascarse nuestro ataque sobre Peski. En aquel momento se intentó atacar a través de la ciudad, atacar de frente, y no se logró un progreso decisivo. En primavera, se intentó atravesar los campos minados, tras haber retirado parte de las minas, y atacar por el noreste, también sin éxito. En general se puede hablar de un estancamiento posicional, con las posiciones de las partes demasiado fortificadas, con lo que atacarlas implica un gran esfuerzo y bajas, por lo que es más sencillo lograr éxitos militares en otras zonas.

En cuanto a la situación económica de la RPD, la transición al rublo avanza de forma sistemática y con un tipo de cambio fijo. El principal problema es la falta de dinero para la población, que continúa empobreciéndose en medio del actual bloqueo. En Donetsk no hay excesivos problemas de abastecimiento, aunque sí hay problemas en los pueblos. Por cierto, se ha iniciado una investigación para analizar los casos de muertes de hambre en el invierno 2014-2015.

Ha comenzado la siembra en algunas zonas de la RPD alejadas del frente, por lo que aparece maquinaria agrícola en los campos. El principal problema es que en las zonas en las que se han producido combates es posible que siga habiendo minas sin explotar y no hay un número suficiente de fuerzas para escanear toda la zona. Así que no sería sorprendente que en el curso de la siembra se produjeran explosiones.

En cuanto a las perspectivas de la agricultura, es evidente que esta no puede cubrir todas las necesidades de Donbass. Según estimaciones más optimistas, en condiciones militares y climatológicas favorables, la cosecha puede llegar a cubrir hasta el 80-85% de las necesidades. El resto será importando desde Rusia. El intercambio comercial entre la RPD y Rusia aumenta de forma lenta pero segura. Con Ucrania aun podrida por dentro, cualquier empresa que tratara de mantenerse legalmente ligada a Ucrania acabaría en la bancarrota salvo que estuviera dispuesta a pagar sobornos en ambos lados de la línea del frente para poder cruzarlo y pudiera pagar los costes de la logística de la guerra. En general, pese a las medidas tomadas, el mercado negro sigue en auge, caldo de cultivo para criminales varios, activos tanto en nuestro lado como en la zona ucraniana.

La burocracia sigue reinando en la frontera, donde productos comerciales bajo apariencia de ayuda humanitaria siguen estando presentes, lo que, por una parte destapa a quienes tratan de ganar dinero con la guerra y por otra parte pone más obstáculos para la ayuda humanitaria de verdad. Se sigue revisando de forma estricta los cargamentos en busca de armas y drogas (durante seis semanas no pudimos hacer llegar un cargamento de 77$ de medicamentos a Stajanov y tuvimos que enviarlo de contrabando sin los papeles necesarios). Alimentos, ropa civil o paquetes privados para ciudadanos comunes pasan con relativa normalidad.